Arqueología

Los rostros del Turuñuelo regresan a Extremadura

Tras pasar por el Instituto de Patrimonio Cultural para su restauración y exponerse en Alcalá de Henares y en el Museo Arqueológico Nacional, donde han recibido en los dos últimos meses a casi 26.000 visitantes, las primeras caras del Tarteso vuelven a la región, al Museo Arqueológico de Badajoz, para decidir su destino final

Uno de los rostros hallado en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, durante la exposición en el MAN.

Uno de los rostros hallado en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, durante la exposición en el MAN. / EL PERIÓDICO

Cáceres

Casi dos años después del sorprendente hallazgo, las primeras caras del Tarteso vuelven a Extremadura y ya para quedarse. Desde su descubrimiento en el yacimiento de Casas del Turuñuelo en Guareña por parte de un equipo de arqueólogos del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CSIC), encabezados por los arqueólogos Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, los rostros que han cambiado una parte de la historia, todavía hoy llena de misterios que poco a poco se van desvelando, no han dejado de abrirse nuevos horizontes. 

Tras su hallazgo en la primavera de 2023, las piezas fueron expuestas durante ese verano en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, donde recibieron casi 11.000 visitantes. Posteriormente recalaron en una muestra retrospectiva sobre la cultura tartésica en el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, ubicado en Alcalá de Henares, antes de su llegar a su primera parada oficial: el Instituto del Patrimonio Cultural de España en Madrid para someterse a un proceso de análisis y restauración, que ha durado prácticamente un año. 

Los trabajos terminaron el pasado mes de noviembre y solo unos días después llegaban a uno de los museos nacionales más relevantes, el Museo Arqueológico Nacional (MAN), meca de las colecciones de antigüedades más importantes del mundo. Con las piezas extremeñas se inauguró una nueva sala de este museo, la Sala de Novedades, que ha recibido casi 26.000 visitantes interesados en ver con sus propios ojos las esculturas que han reescrito la historia de toda una civilización. «Ha sido un éxito y un acierto que hayan estado en Madrid este tiempo; ha habido incluso colas para ver los rostros», cuenta Sebastián Celestino, uno de los directores de las excavaciones en Casas del Turuñuelo. 

Ahora, tras dos meses y medio expuestos en el MAN (desde el 11 de noviembre hasta el pasado 2 de febrero), los rostros del Turuñuelo vuelven a Extremadura, regresan a casa. «Su destino final siempre ha sido Extremadura», señala el investigador. De momento, vuelven al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, donde se está trabajando en acondicionar una sala que acogerá todos los objetos de la época tartésica hallados en Extremadura (en el yacimiento de Cancho Roano, en Medellín...) y donde se exhibirán también las piezas del Turuñuelo.

El destino final, en el aire

Pero todavía no está claro que su destino definitivo sea Badajoz, ya que está proyectado la construcción de una gran cúpula con una sala expositiva en el propio yacimiento de Casas del Turuñuelo. «Estarán en Extremadura, que es donde tienen que estar, pero no sé si se quedarán en el museo de Badajoz o si se cobijarán en el museo diseñado en el propio yacimiento, eso será una decisión política que desconozco», cuenta Celestino.

De momento, han empezado ya los trámites para levantar la cúpula sobre el túmulo del Tarteso que cerrará todo el yacimiento y que contará en su interior con espacios expositivos. «Creo que eso estará hecho en un plazo de dos años y no sabemos si las piezas finalmente irán allí o se quedarán en el museo de Badajoz», insiste el investigador. 

En cualquier caso, a corto plazo, mientras en el Arqueológico de Badajoz se ultima esa sala destinada al Tarteso y hasta que se inaugure para que los rostros puedan volver a ser contemplados por la sociedad, los investigadores del CSIC aprovecharán ese tiempo de refugio para estudiar a fondos las piezas, que apenas han pasado por sus manos en estos casi dos años desde su hallazgo. «Vamos a aprovechar ese 'impasse' precisamente para estudiarlas directamente en el propio museo de Badajoz porque todavía no hemos tenido tiempo. Las hemos visto muy poco desde que aparecieron y no hemos podido manejarlas y verlas bien», cuenta el arqueólogo. 

El objetivo final es elaborar un artículo científico con toda la información obtenida de su hallazgo y estudio detallado posterior que siga aportando luz sobre una histórica civilización llena de mitos y leyendas que poco a poco se va convirtiendo en realidad.

La nueva campaña de excavaciones arrancan el 3 de marzo: «Estamos deseando empezar»

La séptima campaña de excavaciones en el yacimiento de Casas del Turuñuelo está más cerca. El próximo 3 de marzo, «si la lluvia no lo impide», el equipo del Instituto de Arqueología de Mérida, del CSIC, volverá a excavar el túmulo que tantas sorpresas y alegrías ha dejado en los últimos años.

«Ya está todo organizado, tenemos los permisos y el equipo está de los nervios, con muchas ganas de empezar; aunque después de cada campaña de tres meses de excavaciones tenemos por delante nueve meses muy intensos de trabajo de laboratorio y de investigación dentro y fuera de España, siempre se echa de menos la tierra», cuenta Sebastián Celestino.

La nueva campaña durará tres meses y se centrará en terminar de excavar la zona este el túmulo y empezar por el norte.

El equipo formado por once arqueólogos y cinco obreros, contratados por el CSIC a través de una subvención de la Junta de Extremadura, se encargarán de seguir desentrañando el yacimiento. «Todos los años nos da alguna sorpresa y nunca se sabe qué va a aparecer porque es un yacimiento absolutamente extraordinario, por eso imaginamos que seguirán apareciendo cosas , aunque no sabremos si habrá alguna pieza excepcional como ha pasado en los últimos años».

Son varios los hallazgos relevantes del Turuñuelo, entre los que destacan los primeros rostros del Tarteso, una gran escalinata, esqueletos de más de 50 animales de lo que se cree que fue el mayor sacrificio de esta cultura en el Mediterráneo Occidental, los pies de una escultura de mármol griego y una tablilla de pizarra con escenas de guerreros y un abecedario, entre las piezas más relevantes. A partir del 3 de marzo, la historia continúa.

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