Opinión | El Chinero

Periodista

Cinco mojones

Se va a constituir una comisión con políticos que ni siquiera saben qué tienen que resolver

Mapa de comarcas de la provincia de Badajoz donde aparecen delimitados los términos municiales.

Mapa de comarcas de la provincia de Badajoz donde aparecen delimitados los términos municiales. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

Esta semana ha sorprendido, por inesperado y carente de suficiente contenido, la celebración en el Ayuntamiento de Badajoz de un pleno extraordinario con dos únicos puntos en el orden del día. El primero trataba de la modificación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y de la plantilla para introducir los nuevos complementos por trabajar por las tardes y para la Policía Local y los bomberos. Además, se ha aprobado la creación de dos nuevos cargos de libre designación, reservados a funcionarios de habilitación nacional. Estos dos puestos son el primer cambio en la estructura organizativa del ayuntamiento tras la declaración de Badajoz como municipio de gran población.

El epígrafe del segundo y último punto del orden del día era la propuesta de la alcaldía para designar a los representantes del ayuntamiento en la comisión de deslinde de la línea límite entre los términos municipales de Badajoz y de Mérida. De ninguno de estos dos temas había informado previamente el equipo de gobierno municipal antes de llevarlos al pleno. Dos puntos que no podían esperar a entrar en el orden del día del pleno ordinario que se celebra la próxima semana y cuya aprobación debía tener, por tanto, cierta urgencia. Del segundo punto, el alcalde, Ignacio Gragera, apenas explicó que había surgido a petición del ayuntamiento emeritense en 2021. Y se conoce ahora, cuatro años después. Gragera solo aclaró que la delimitación de ambos términos municipales data de 1890 y 1902 en segunda instancia, aunque reconoció desconocer de qué terrenos se trata y dónde se ubican. Si bien, se atrevió a divagar sobre la posibilidad de que pudiera tratarse de la zona de Pueblonuevo o de Guadiana, ambos municipios independientes de Badajoz. Cuando el portavoz municipal de Vox, Marcelo Amarillo, cuestionó que este litigio pudiera no ser un asunto baladí, el alcalde zanjó el debate diciendo que cuando la mencionada comisión se constituya, averiguarán de qué se trata.

Poca chicha para un pleno extraordinario. Poca seriedad traslució el equipo de gobierno en una cuestión que requiere la creación de una comisión con tres representantes de cada uno de los ayuntamientos implicados, con sus correspondientes suplentes, y otros más de la Junta de Extremadura. A preguntas de este diario, la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Mérida, Silvia Fernández, arrojó algo más de luz al asunto. Al menos concretó que el motivo de conflicto son cinco mojones de la linde que separa los dos términos municipales. Cinco, aunque tampoco dijo dónde están exactamente. La concejala sí especificó que no es una cuestión de metros de terreno, sino de «marcar los mojones», un procedimiento técnico para concretar la línea exacta. También explicó que el asunto surgió en una revisión que realizó la Dirección General de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Junta y que con las nuevas técnicas de topografía, surgen «conflictos» en puntos concretos de la cartografía, que más que nada son «falta de puesta en común». Lo que tendrá que hacer la comisión integrada por representantes políticos, que no técnicos, de ambos ayuntamientos, será ponerse de acuerdo en la ubicación exacta de los cinco mojones.

El gobierno popular de Badajoz y el socialista de Mérida han querido dar a entender que no hay conflicto y que la cuestión es nimia. Sin embargo, ha costado casi cuatro años dar el primer paso para resolverla y ahora se tiene que constituir una comisión de políticos que ni siquiera saben en qué tienen que ponerse de acuerdo. Al menos en Badajoz desconocen dónde están los mojones de la discordia y por qué existe tal discordia. Si como dice la concejala de Mérida el ‘no conflicto’ se ha originado por las nuevas técnicas de topografía aplicadas a mapas confeccionados hace más de un siglo, más razonable sería que fuesen los técnicos -que no los políticos- los que resolviesen la disputa. Si es que hay tal disputa, después de 135 años.

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