Semana Santa 2025

Las cofradías de Cáceres (XIV): Amparo: solemnidad y culto como guía

El lamento de un timbal destemplado acompaña al cortejo de la cofradía (1989) en el riguroso luto de su bajada a la medianoche del Martes Santo. Tanto la procesión de la hermandad como la ermita, en la subida al santuario de la Montaña, provocan una gran devoción popular en Cáceres

Cofradía del Amparo.

Cofradía del Amparo. / CARLOS GIL

Cáceres

Entre paseo y paseo a la Montaña tuvo su origen. A medio camino del santuario de la patrona se encuentra una austera ermita de origen por determinar. En su momento se atribuyó a 1619, una fecha que fue descartada. Sí hay datos que pueden confirmar que aquel primer humilladero, nombre que recibe la capilla originaria, ya existía en 1664, un dato que reflejan los escritos de la cofradía de la Soledad, que hacían mención a un lugar de descanso en el camino a la ermita del Calvario y a la ermita de la Virgen de la Montaña

El pequeño oratorio pertenecía a la propia Soledad, no obstante, la ampliación se le atribuye a Diego Durán de Figueroa, organista de San Mateo, allá por 1670, cuyas obras costeó al completo y aportó una talla de un Nazareno. La imagen, de factura sobria y sencilla, se colocó en el oratorio el Domingo de Pasión de 1672. Como no pareció ser suficiente, Diego Durán dejó en su testamento que debía construirse un tercer edificio.

Desde entonces, a lo largo de su historia ha sufrido varias restauraciones, entre ellas, en 1813 para arreglar los daños de la guerra de la Independencia española y en 1914, cuando se coloca como retablo un fragmento de la capilla de San Benito de la iglesia de San Mateo. La última restauración tuvo lugar en 1993, la que da el aspecto actual a la ermita. Cierto es que su arquitectura presenta un escalo interés estilístico, no obstante, el templo recoge una devoción popular histórica. 

Una imagen histórica de la cofradía del Amparo.

Una imagen histórica de la cofradía del Amparo. / EL PERIÓDICO

Nazareno del siglo XVII

Tanto es así, que en 1989, tras las meditaciones de varios fieles, se celebraron las primeras reuniones de la junta gestora de una primitiva cofradía del Amparo, con el ánimo de procesionar con el Nazareno del siglo XVII y ocuparse de la conservación de la ermita, tarea a la que se han dedicado con esmero, son los propios cofrades los que abren y cierran regularmente el oratorio al público. Así, desde los noventa procesionan la madrugada del Martes santo entre un riguroso luto y el lamento de un timbal destemplado. Cáceres acompaña al cortejo con voto de silencio en su camino hacia la iglesia de San Mateo, donde llega pasadas las dos de la mañana del Miércoles Santo. 

En la actualidad, está integrada por 300 cofrades y tiene como mayordomo a Alfredo Fondón. La uniformidad mantiene similar línea de austeridad con una túnica negra, cíngulo de esparto sobre la cintura, capa color púrpura y capuchón negro, los hermanos de carga sustituyen el capuchón por verduguillo.

Al Santo Entierro, con la Cruz Vacía

En declaraciones a este diario, el mayordomo recuerda el carácter solemne y la filosofía caritativa de la hermandad. En el último año, recaudó 7.600 euros para colectivos benéficos. A lo largo de este mes tuvo lugar el triduo al Cristo del Amparo coincidiendo con el inicio de la Cuaresma. El último día, 7 de marzo, se celebró el besapié y se impusieron las medallas a los nuevos hermanos, una cifra que ha aumentado considerablemente, manifiesta Fondón. «Estamos satisfechos con la acogida», puso de relieve. El 1 de abril han convocado su asamblea. La salida del Martes Santo mantendrá la dinámica habitual sin cambios. En Santo Entierro Magno, procesionarán con la Cruz Vacía.

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