Entrevista | Alberto Muñoz Preparador físico del Cacereño
"Soy muchísimo más feliz desde que estoy trabajando con Julio Cobos en el Cacereño"
Alberto Muñoz Muñoz (Lubrín, Almería, 12-9-88) llegó hace seis años como preparador físico al Cacereño, donde resalta que es feliz. Diplomado en Magisterio, licenciado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Granada y Máster en Preparación Física y Prevención y Readaptación de lesiones por la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Granada, es una de las claves del éxito de Julio Cobos en el decano extremeño. Metódico, exigente y de ideas claras, en esta entrevista muestra la cara de alguien cercano.

Alberto Muñoz, en primer término, el pasado domingo en el partido ante el Unión Sur Yaiza. / Carlos Gil

Ha sido testigo de muy buenas temporadas en el Cacereño desde que el 2019. ¿Qué balance hace?
Muy positivo. El primer día vi la situación en la que estaba el club, con la masa social que tenía, y si comparo lo de aquel año a éste el crecimiento ha sido muy grande. Hemos vivido momentos buenísimos y disputado objetivos importantes: en el primero tuvimos un ‘playoff’ contra el Villanovense que no pudimos ascender; el siguiente sí subimos; al otro jugamos playoff, al que le siguió también; el año pasado al final nos metimos en Copa del Rey y esta temporada se ha valorado el trabajo del pasado. La situación es muy buena. En Copa por aquí han pasado equipos como Alcorcón, Girona, Córdoba, Madrid, Atlético… el balance es el mejor.
Sin embargo, ha habido momentos duros, como algunas eliminatorias de playoff, especialmente la de Huelva hace dos años. ¿Fue ese el peor momento?
Para mí no. El año fue muy largo. Empezamos bien la temporada. En diciembre tuvimos que ir a Nepal. Llegamos el día 31 y el 2-3 de enero ya jugamos contra el Madrid. Fuimos a Valencia al playoff, no valía el empate y marcamos en el 88. Fuimos a Huelva, que no valía el empate, empezamos ganando y tuvimos opciones. Fuimos a la prórroga y para mí no fue el peor momento. El equipo rindió a un nivel altísimo. Se lo dije a los futbolistas: “sentíos orgullosos de lo que habéis hecho” porque fue un año impresionante. La pena es que no fuimos capaces de ascender. Para mí el momento más duro fue en Teruel. Ese partido no me lo esperaba. Puedes perder o no, pero era un año que estaba muy ilusionado y fue el peor momento.
¿Con qué momento se queda?
Hemos vivido muchos muy buenos. Uno de los más bonitos fue la eliminatoria contra el Alcorcón en Copa. Lo viví con una intensidad muy grande y lo disfruté. El grupo que teníamos, el postpartido…. Hay gente que dice: “pues sería lo del Madrid lo del mejor partido”. No. No llegamos a disfrutarlo porque acabábamos de llegar de Nepal. También el ascenso contra el Coria aquel año. Me quedo con esos dos.
Expuestos a la crítica
¿Cree que se valora realmente su trabajo como preparador físico?
Tanto entrenador como preparador físico son trabajos expuestos a la crítica fácil, sin datos objetivos de lo que pasa dentro de un vestuario, de muchísimas historias y de situaciones difíciles de controlar. Soy consciente de que mi profesión implica la crítica cuando las cosas van mal. Cuando van bien, parece que somos los mejores del mundo. Cuando van mal, una de las primeras excusas es la preparación física. En mi parcela estoy muy tranquilo: hacemos el mismo trabajo vayan las cosas mejor o peor porque confiamos en una metodología.
¿Qué tanto por ciento de mérito se atribuye a las buenas temporadas al lado de Julio Cobos?
Puede parecer feo decirlo, pero no me atribuyo méritos. El único mérito es el de una buena cohesión y buen manejo del grupo y ahí Julio (Cobos) es el que mejor maneja el vestuario. Todo el mundo está contento y poca gente puede decir algo malo. Y luego los futbolistas son los que compiten, los que trabajan todos los días en los entrenamientos, los que creen… son ellos. No puedes preparar a un conjunto de futbolistas para que rindan si ellos no quieren. Siempre lo atribuyo a la mentalidad del futbolista. Estamos teniendo esa suerte:tenemos futbolistas con mucha hambre. Esto facilita mucho las cosas: hambre, humildad, eso al final en el trabajo se demuestra. Y de ahí los resultados.
Buen clima
¿Además de preparador físico, es usted también psicólogo?
No. Yo y el cuerpo técnico intentamos que el clima dentro del vestuario sea bueno. Esto es importantísimo. Además, hay que hacer una planificación y un diseño de carga importante también, pero no lo que más. Eso lo hacen todos los equipos y preparadores físicos.
Precisamente vino de la mano de Cobos, con quien estuvo en la Balompédica Linense. ¿Hay buen feelling ahí, no?
Fue algo que se dio. Trabajé en el Marbella. El vicepresidente entró en La Línea y me llamó. Ahí conocí a Julio e hicimos buenas migas. La metodología de trabajo era muy similar. Estábamos muy cómodos el uno con el otro y eso me dio la oportunidad. Al año después, me fui a Francia y al volver hablamos. Para mí el Cacereño era un paso atrás, sinceramente, pero sabía que iba a estar a gusto. Al final decidí venir y no me equivoqué. Mi vida desde que estoy aquí ha cambiado. Soy muchísimo más feliz con el trabajo con Julio porque no me pone impedimento ninguno.
La perspectiva
Y este año, ¿hasta dónde se puede llegar?
El año pasado fue una temporada dura, pero al final conseguimos lo de la Copa. En éste el objetivo era intentar sumar los puntos de la salvación lo antes posible. Una vez conseguido, estamos en un buen momento. Es verdad que hemos tenido alguna lesión e incluso mala suerte con alguna baja que nos ha limitado no el rendimiento, sino las opciones de decidir con quién jugar y eso nos ha limitado. Quedan seis partidos, tres en casa y tres fuera, y vamos a ir final a final porque son partidos ante rivales directos porque se juegan las mismas cosas que nosotros. Vamos a intentar sumar el mayor número de puntos. Luego en un playoff es otra historia. Son detalles. Sería importante si entrásemos en ese playoff segundo o tercero por el factor campo porque eso lo hemos vivido en el año del Recre. Es una ventaja y hay que luchar ahí.
¿Se puede soñar con subir?
Soñar se puede. Primero vamos a trabajar para intentar meterns en ese playoff. No es fácil. Hemos visto muchas situaciones diferentes. Si se da y entramos soñar es fácil y el objetivo debe ser ascender, está claro. En cuanto a las eliminatorias hemos demostrado que somos un equipo muy competitivo. Podemos jugar mejor o peor, perder o ganar o empatar, pero en todos los partidos competimos. Eso es una seña de identidad del equipo.
¿Quién es el más poderoso físicamente? ¿Quién tiene más margen de mejora?
Por lo de poderoso se puede hablar de virtudes. Clausí, a nivel de distancia en partidos, en casi todos hace 12 kilómetros o más. También los tenemos muy rápidos, como Merencio o Sancho. También en cuanto a despliegue físico parece que no lo son tanto porque su posición no lo exige, pero tenemos a Crespo, Barrio, Sanvi en el juego aéreo, cada uno con sus virtudes. Esas variables son fáciles de controlar porque trabajamos con GPS.
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