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Los expertos apuntan que se abre la vía a un nuevo orden económico mundial

EEUU aplicará aranceles indiscriminados para revitalizar su industria

La estrategia de Trump rompe 'de facto' los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio

Donald Trump.

Donald Trump. / EFE

Eduardo López Alonso

Barcelona

La guerra arancelaria se ha consumado. Muchos eran los que se aferraban a la idea de que la ofensiva arancelaria estadounidense iba a ser exclusivamente una estrategia negociadora, pero el presidente de EEUU, Donald Trump, ha sido fiel a sus amenazas. Los analistas asistieron la noche del miércoles estupefactos a lo que convienen es la apertura de un nuevo orden económico mundial, un punto de ruptura para el que ni economistas ortodoxos ni progresistas tienen argumentos que justifiquen la ofensiva arancelaria de EEUU y la nueva ola de proteccionismo que se desata. 

El anuncio de Donald Trump confirmó lo anunciado. Del 10% para la mayoría de países y del 20% para la UE. La última vez que Estados Unidos aplicó aranceles similares fue en la década de los años 30, en el periodo intermedio entre la primera y la segunda guerra mundial. Rompe el acuerdo básico de la Organización Mundial de Comercio, la regla de nación más favorecida que establece que los países no pueden establecer discriminaciones: si se concede a un país una ventaja especial (por ejemplo, la reducción del tipo arancelario aplicable a uno de sus productos), se tiene que hacer lo mismo a todos los demás países de la OMC.

En opinión del profesor de Esade Pedro Aznar, para los países que exportan más a Estados Unidos, Alemania o Irlanda en Europa, un impuesto del 20% sobre sus ventas tendrá un efecto económico inmediato. Una combinación de menores ventas, y la necesidad de asumir parcialmente los aranceles como menores márgenes. La combinación de menores ventas, mayores precios y menores márgenes tiene implicaciones en la cuenta de resultados de las empresas, que se pueden trasladar a una menor inversión, menor empleo e incertidumbre económica. Menor crecimiento económico, deterioro de la confianza empresarial, recorte de la inversión y más inflación se convierten en un cóctel explosivo.

¿Disparo al pie?

Una gran mayoría de expertos consideran que el anuncio de Trump, lejos de significar el comienzo de una nueva era de prosperidad para Estados Unidos, tendrá implicaciones negativas también para los ciudadanos estadounidenses. La inflación, que es uno de los motivos que llevó a Trump a ganar las elecciones va a aumentar. Y a corto plazo es impensable, por ejemplo, que compañías como Apple dejen de producir sus Iphones en China, o no se importe café de Colombia. Los aranceles aumentarán el precio de la mayor parte de la cesta de productos de una familia media americana.

Se inicia un período de inestabilidad económica, con un desenlace muy probable de estanflación, en el que se combinen mayores precios con menor crecimiento económico. La profesora del IESE Nuria Mas, en el Encuentro del Sector Sanitario celebrado este miércoles reconocía antes de conocerse el alcance de las medidas propuestas por la noche que la estrategia arancelaria de Trump "cambia todas las reglas del comercio internacional y va a tener un impacto negativo para el crecimiento económico y la inflación". La profesora expresa también sus dudas sobre que la mejor solución en estos momentos sea que Europa aplique contramedidas, ya que eso generará un círculo pernicioso que agravará todavía más la situación.

Necesidad de autonomía estratégica

Las patronales han reclamado una posición firme a la UE y contramedidas, pero sin abandonar la negociación. Para Joan Tristany, director general de la organización multisectorial Amec, "en términos globales, este endurecimiento de los aranceles supone una nueva sacudida al orden económico mundial. Estamos viendo un desplazamiento de las reglas multilaterales que han regido el comercio en las últimas décadas hacia un escenario más incierto, donde las relaciones bilaterales y las tensiones comerciales cobran un peso cada vez mayor. La UE debe adaptarse rápidamente a este nuevo contexto y reforzar su autonomía estratégica -abierta, sin caer en el proteccionismo- para no quedar en una posición de debilidad".

Para Ángel Saz, director de EsadeGeo, los aranceles recíprocos "rompen definitivamente el sistema de comercio tras la segunda guerra mundial". La filosofía de poner un arancel diferente a cada país trastoca las prácticas aplicadas hasta ahora especialmente centradas en ámbitos de actividad. Para Saz, el impacto final de las medidas de Trump dependerá también de la reacción de la UE, si el contraataque es drástico el efecto en el PIB será mayor. 

Axel Botte, jefe de estrategia de mercados en Ostrum AM, empresa francesa de gestión de activos, apunta que "el arcaico concepto de Trump en torno al comercio no solo ha socavado la libre circulación de mercancías en Norteamérica, sino que puede haber entregado a China el liderazgo económico mundial".

¿Efecto transitorio en los precios?

Pero para algunos analistas el efecto de la inflación arancelaria en Estados Unidos podría ser transitorio. Según los expertos del Deutsche Bank el impacto en la inflación estadounidense de los aranceles de Trump “podría ser solamente transitorio”. La idea es que los inversores institucionales que buscan cubrirse sobre posibles subidas de precios futuras acuden al mercado de derivados financieros donde negocian contratos de diversos plazos. "Una de las cosas más llamativas de esta nueva inflación arancelaria que están dando en precio es la ausencia de ningún impacto aparente a más de un año vista", escriben. "Esta evolución de los contratos es consistente con los comentarios que llegan desde diferentes autoridades de la Reserva Federal como el presidente Jerome Powell, afirmando que es poco probable que el efecto inflacionista de los aranceles se sostenga a lo largo del tiempo", han apuntado los analistas.

Oportunidad bursátil

Para Tom Harvey, analista de Aberdeen Investments, la estrategia de Donald Trump con los aranceles puede abrir campos de desarrollo a medianas empresas estadounidenses. En su opinión, "el impulso a la producción nacional, la diversificación de la cadena de suministro y la innovación pueden impulsar el crecimiento de los beneficios de muchas empresas a largo plazo, especialmente los de empresas de pequeña capitalización que ganarán atractivo en la bolsa. 

Para Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, entidad aseguradora sin ánimo de lucro, "la economía estadounidense, en sus grandes cifras, sigue comportándose razonablemente bien, al igual que sus empresas. Pero el nivel de ruido político y de incertidumbre regulatoria es tal, que amenaza con el peor de los mundos: un deterioro simultáneo de la renta variable y del mercado de deuda al otro lado del Atlántico".

En Estados Unidos, una nueva encuesta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Marquette reveló esta semana que más de la mitad de los adultos estadounidenses creen que los aranceles perjudicarán la economía y aumentarán la inflación. Esta noticia coincide con un nuevo análisis del grupo de expertos Anderson Economic Group, con sede en Michigan, que reveló que los aranceles a los automóviles (del 25%) aumentarán el precio de los vehículos importados hasta en 20.000 dólares. Las dudas de los estadounidenses chocan de plano con el discurso de Trump en la Casa Blanca, atribuyendo los males del país a la comunidad internacional.

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