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Hipocondría: ¿mantener un buen estado de salud u obsesión?

La hipocondría es la preocupación exagerada que la persona siente por padecer alguna enfermedad. En casos extremos, cree que tiene todas las enfermedades, aunque esto sea una percepción irreal

Woody Allen interpreta a un hipocondríaco de manual en Hannah y sus hermanas.

Woody Allen interpreta a un hipocondríaco de manual en Hannah y sus hermanas. / LMA

Despierto en mitad de la noche con el corazón desbocado, posiblemente a consecuencia de una arritmia, hace mucho tiempo que sospecho que tengo un problema en el corazón, los médicos no han sabido hallar la cura a pesar de todas las pruebas realizadas, sufro de alergia, tengo varias enfermedades infecciosas y además creo que tengo episodios de reuma y artritis, no sé que voy hacer con este cuerpo mío, que se degenera día a día…».

Estos pensamientos continuos atormentan a la personas que sufren de hipocondría. El término hipocondría tiene un origen curioso, proviene de la palabra hipocondrio que a su vez viene del griego hypokhondrion (prefijo hypo ‘debajo’ y khondros ‘cartílago’). Antaño se creía que el hipocondrio era la base de la melancolía. En el siglo XVII, la palabra hipocondrio se usó para hacer referencia a “espíritus inferiores” y a la “depresión”. Fue en el siglo XIX cuando su significado evolucionó a “persona que cree siempre sufrir una enfermedad” y así surgió la palabra hipocondría y se llamó a quienes la padecen hipocondríacos.

Ansiedad por su salud

La persona hipocondríaca siente ansiedad por su salud, tiene la sensación y la certeza de que cualquier señal en su cuerpo es una enfermedad grave, aunque no tenga evidencias de ello, pero el miedo que siente ante enfermar es irracional. En el caso de que la persona realmente tenga alguna afección médica entonces los niveles de ansiedad que experimentará serán todavía mayores, en ocasiones hasta el punto de tener miedo a perder el control sobre su propio cuerpo. Hay casos en el que la persona tiene un temor a padece cáncer, cancerofobia, una enfermedad del corazón, cardiofobia, o, en los peores casos, el miedo a la muerte, tanatofobia.

Causas

Existen varias causas que lo explican. Una son las experiencias pasadas, como haber tenido que lidiar con alguna enfermedad en la infancia o que haya fallecido algún familiar tras una larga dolencia. Otra es la historia familiar. Si una persona se ha criado en el seno de una familia muy preocupada por la salud con frecuentes visitas al médico, puede que la persona “herede” esta costumbre. También está la baja tolerancia a la incertidumbre. El desconocimiento de no saber a qué se deben algunas sensaciones de nuestro organismo y algunas dolencias puede hacer que se asocie a algo grave. Otra causa son los altos índices de ansiedad.

Para cualquier consulta sobre la hipocondría se puede escribir al correo electrónico mluzmilagros@gmail.com

 Factores de riesgo 

Realizar excesivas comprobaciones del funcionamiento del cuerpo: Tomarse la tensión, comprobar la temperatura, revisar la piel, el tono de las pupilas, etc.

Recurrir con frecuencia a los médicos: En busca de un diagnóstico que les diga que está en lo cierto, aunque hay quién lo evita por miedo a que el médico lo corrobore.

Evitar los lugares concurridos con mucha gente: Temor a que las personas les contagien de alguna enfermedad o la evitación de aquellas actividades que puedan poner en peligro su salud.

Durante la pandemia han sufrido mucho porque no sólo era que el virus fuera desconocido y no se conociera la cura, sino la sobreinformación, las muertes repentinas y el colapso del sistema sanitario.

Hiperventilación, ansiedad estomacal y vértigos generados por el estrés

Autodiagnósticarse a través de páginas poco fiables de Internet.

Hay que tener especial interés cuando quienes lo sufren son los niños, ellos no pueden acudir solos al médico ni buscar su enfermedad en Internet, pero vivirán de forma constante un estado de ansiedad y estrés que no les permita disfrutar de su tiempo libre.

Estrategias para afrontar el trastorno 

Terapia cognitivo conductual: Se trabajan los pensamientos mediante reestructuración cognitiva; es decir, viendo qué errores de pensamiento se están cometiendo y transformándolos por pensamientos positivos a corto plazo.

Defusión cognitiva: Una técnica que ayuda a las personas a distanciarse e identificar sus pensamientos, viéndolos como productos de la mente.

Toma de medicamentos: Especialmente si el trastorno viene acompañado de otras enfermedades como la ansiedad o la depresión, siempre bajo prescripción de un médico especializado.

Intenta darle a los pensamientos un enfoque más objetivo: Las enfermedades no aparecen y desaparecen, algunas siguen un patrón, intenta diferenciar los pensamientos reales de los que no lo son.

Deja de lado las conductas de comprobar: Nuestro cuerpo tiene diversas fluctuaciones a lo largo del día y eso va a repercutir en tu pulso o en pequeñas sensaciones de malestar que desaparecen sin más.

Práctica millfulness y relajaciones profundas: Te ayudarán a gestionar tu miedo, aún así respétalo y valora cada paso que des.

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