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Matrimonio desalojado en Jarandilla de la Vera por la riada: "Creíamos que no sobrevivíamos"

El matrimonio afectado y su hija narran el desalojo tras la riada, que ha arrasado con su taller en Jarandilla de la Vera

El taller arrasado por la riada en Jarandilla de la Vera

El taller arrasado por la riada en Jarandilla de la Vera / Toni Gudiel

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Francisco Núñez y Mari Ángeles Delsaac son el matrimonio que vive desde hace cuarenta años en una vivienda de la que han tenido que ser desalojados en la madrugada de este lunes debido al desbordamiento de la presa de Jarandilla de la Vera. Son además los dueños de un taller de reparación y venta de vehículos situados en el mismo inmueble y que ha quedado "inservible", en palabras de su hija Patricia Núñez, que ha sido testigo del desalojo de sus padres.

Francisco ha explicado que estaban durmiendo cuando, sobre las cuatro de la mañana, ha sentido "un ruido fortísimo". Ha pensado que era el viento, pero después ha visto que eran "coches golpeándose unos contra otros" y contra la pared situada frente a su casa. "Creíamos que no sobreviviríamos, nos han salvado los bomberos", ha afirmado.

El padre y la hija del taller afectado por la riada en Jarandilla

El padre y la hija del taller afectado por la riada en Jarandilla / Toni Gudiel

Su hija, aunque ha agradecido el rescate, se ha mostrado muy crítica porque asegura que tanto los bomberos como la Guardia civil han tardado mucho en llegar a la zona la riada. "Tenemos a los bomberos al lado, si son servicios de emergencia, no pueden tardar una hora en llegar. Los bomberos tienen dos camiones, pero ninguno sirve para hacer un rescate en condiciones, les han tenido que sacar por la parte de atrás, con chalecos salvavidas y una cuerda y por las escaleras, con el agua hasta la cintura".

No han sufrido daños personales, lo que sí ha resultado perjudicado ha sido su taller: "hemos perdido la vida, el negocio, en media hora", ha afirmado Patricia. Según ha subrayado la hija del matrimonio, "después de 50 años trabajando, el taller ha quedado inservible, la puerta de atrás está toda caída, no hay nada que se pueda recuperar. Ahora estamos viendo la realidad porque de noche no se ve".

En cuanto a las posibles ayudas que pudieran recibir, asegura que "de las ayudas no vamos a comer porque no podemos estar cerrados cinco, seis meses o un año hasta que nos las den, si es que nos las dan".

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