Patrimonio histórico

El tejado de la Catedral de Badajoz será visitable: las obras entran en su recta final

Queda pendiente la recuperación del claustro, que costaría más de un millón de euros

El arzobispado querría convertirlo en un espacio cultural para conciertos y exposiciones

Participantes en la visita de este lunes a los tejados de la Catedral de Badajoz.

Participantes en la visita de este lunes a los tejados de la Catedral de Badajoz. / Andrés Rodríguez

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Badajoz

Las obras de la última fase de reparación del tejado de la Catedral de Badajoz entran en su recta final. Terminarán a mediados de mayo, si la climatología lo permite. Después, una parte de las cubiertas, que se dejará de ladrillo como originalmente, será visitable. Aún no hay fecha, pendiente de que se acoplen las medidas para garantizar la seguridad de los visitantes que, en todo caso, podrán subir de manera controlada y en grupos reducidos.

Así lo ha detallado este lunes el arquitecto Julián Prieto, tras la visita que han realizado a los trabajos la consejera de Cultura y Turismo, Victoria Bazaga, junto al alcalde pacense, Ignacio Gragera, y el arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez. El arzobispo ha señalado que será "cuanto antes, mejor", si bien no ha podido dar fecha para hacer visitable el tejado, porque "lo tenemos que ver con más calma". Según el arzobispo, estas últimas obras podrían haber terminado ya, pero se han retrasado debido a la lluvia

La reparación completa de las cubiertas de la catedral ha permitido acabar con los problemas de humedades que afectaban al templo. La primera actuación data de 2009. Han pasado 16 años y cinco fases.

Esta última se acomete con el convenio firmado entre la Junta y el arzobispado, por el que el Gobierno regional aporta 500.000 euros y 47.000, la Iglesia, recordó la consejera, quien ha señalado que solo quedan "remates". Bazaga mencionó que en otras catedrales se visitan los tejados y además suele ser una oferta muy demandada.

Estado "muy lastimoso"

La reparación de las cubiertas del claustro están a punto de terminar, pero quedan pendientes otras acciones para precisamente recuperar y poner en valor el interior. El arzobispo aspira a que el claustro sea un espacio cultural donde se organicen conciertos y exposiciones, tras reconocer que su estado "es muy lastimoso". Para poder rehabilitarlo "vamos a pedir ayuda donde sea posible", porque el arzobispado "en este momento no puede acometer esta obra". "Nosotros somos una archidiócesis pobre, hay que reconocerlo, contento de lo que somos, pero al mismo tiempo esto nos obliga a pedir, y yo que soy franciscano y por tanto mendicante, no me canso de pedir, no para mí, pido para el pueblo extremeño y para Badajoz".

Humedades en el interior del claustro.

Humedades en el interior del claustro. / A. M. R.

El arzobispo ha querido hacer hincapié en que la obra que ahora va a terminar era la más urgente, pues se trataba de evitar que "el claustro se cayese". "Yo cuando llegué aquí hace un año vi más cubos que personas podían entrar y eso me asustó, porque podía caerse de un día para otro", ha señalado. Intentarán cuanto antes limpiarlo, pintarlo y colocar iluminación. "Es un claustro muy original", ha destacado.

El presupuesto que se ha calculado para el claustro supera el millón de euros, según el arzobispo, que le gustaría que la Junta se comprometiera a una aportación. Rodríguez Carballo ha querido agradecer al Gobierno autonómico "el esfuerzo" que realiza para rehabilitar el patrimonio "que es de todos y es para todos". También está presupuestado el patio, cuyo piso querrían devolver al nivel original, que ahora está por encima del claustro (unos 40 centímetros por encima del original), debido a la superposición de suelos a lo largo de su historia. Según Julián Prieto, el claustro necesita "una intervención más profunda". Toda la columnata alrededor se encuentra en "un estado lamentable", como las cristaleras, en las que faltan piezas, la jardinería tiene un aspecto salvaje.

La consejera, por su parte, ha comentado que "por el Estatuto de Autonomía y por ley vamos a estar siempre cuidando del patrimonio de la Iglesia e iremos poco a poco viendo cuáles serán las siguientes fases y trabajos que haya que hacer".

Una escalera oculta

Las obras de la última fase de restauración de la cubierta de la Catedral han sacado ala luz una pequeña escalera cuya existencia se desconocía y que, de momento, está cegada por el extremo inferior, porque lo impide un mueble. En el tejado sí tiene entrada. Cuando apareció estaba colmatada de escombros. Al limpiarla, aparecieron los escalones de granito. Es muy angosta, de apenas 50 centímetros de anchura, y su finalidad era dar acceso al tejado para su mantenimiento. Se calcula que pudo construirse en el momento en el que se levantó la sacristía original de la catedral. No es el único hallazgo, pues la obra también ha puesto al descubierto una ventana que da luz al altar mayor, que está tapiada y se abrirá, protegida, para que cumpla su función pero no entre agua.

¿Qué se ha hecho?

Además de Julián Prieto, en el equipo técnico que lleva las obras está otro arquitecto, Javier Gómez de la Peña, y José Joaquín Escribano, el arquitecto técnico. La constructora es Al Senera. Prieto explicó que desde el proyecto ya sabían con qué se iban a encontrar, por lo que habían hallado en las primeras fases. Con las catas previas vieron que las cubiertas originales de todo el claustro eran planas revestidas con un ladrillo cerámico macizo de teja, con las formas de las bóvedas que las sustentaban. A partir de ahí, se dieron cuenta de que "lo más interesante" era explicar las distintas fases de construcción de la catedral. Decidieron dejar las tres alas contrarias a la nave del templo con su cubierta de teja, bien restaurada e impermeabilizada (con un pasillo de mantenimiento) y solo con cubierta original de ladrillo en espiga el ala adosada a la nave principal del templo, que es la que tenía más problemas de humedad. Se deja así a modo de cata arqueológica y será la zona visitable.

En el muro se aprecia hasta dónde llecaba la cubierta.

En el muro se aprecia hasta dónde llecaba la cubierta. / A. M. R.

Había tendidos de teja de más de 20 metros de longitud que complicaban el desagüe. Paradójicamente, cuando se levantaron las cubiertas de teja de esa zona, comprobaron que las aguas salían mejor sin repararlas. Ahora es más fácil ver cómo se mueven las aguas según la topografía de las bóvedas y, además, según explica Prieto, es "muy fácil de mantener" pues, básicamente, lo único que habrá que hacer será barrer. Toda la cubierta es un gran desagüe y el agua iba directamente a unas gárgolas, que van a restaurar (sencillas, de piedra con un rebaje), porque han aparecido las huellas de dónde estaban.

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