El futuro del lobo ibérico en Extremadura

Tras la nueva normativa que saca al lobo de la lista de especies protegidas al norte de España, esta es la situación en la región

Ejemplar de lobo ibérico.

Ejemplar de lobo ibérico. / Carlos Romero / WWF

El Congreso de los Diputados aprobó recientemente una medida que revierte la protección total del lobo ibérico al norte del río Duero, permitiendo nuevamente su caza en regiones como Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla y León. Esta decisión supone un cambio en la normativa de 2021, cuando la especie fue incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), prohibiendo su caza en todo el territorio nacional.

El apoyo a esta medida provino principalmente de los partidos PP, Vox y PNV, quienes argumentan que la caza del lobo es necesaria para proteger la ganadería y evitar pérdidas económicas. Sin embargo, organizaciones ecologistas advierten que el lobo es una especie clave en los ecosistemas y defienden métodos alternativos para minimizar los conflictos con los ganaderos.

El lobo ibérico reaparece en Extremadura tras décadas de ausencia

Durante el año 2023, se confirmó la presencia de lobos en Extremadura tras varias décadas sin avistamientos oficiales. Se identificaron rastros de al menos cuatro ejemplares en diferentes puntos de la comunidad autónoma, lo que despertó tanto el interés de los expertos en conservación como la preocupación del sector ganadero.

Uno de los primeros indicios se encontró en la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Sierra de Gredos y Valle del Jerte, donde se detectaron huellas y excrementos que confirmaron la presencia de una hembra cerca de Villanueva de la Vera y de un macho en Madrigal de la Vera. Además, se documentaron dos individuos en Zarza la Mayor, con registros confirmados por el Instituto Portugués de Conservación de la Naturaleza y de los Bosques.

Ganadería y lobo ibérico: ¿una convivencia posible?

A pesar de su reaparición, el impacto del lobo en la ganadería extremeña ha sido mínimo. En 2023, se registró un único ataque atribuido a un lobo en el municipio de Zarza la Mayor, donde varias ovejas fueron halladas muertas. La organización Asaja Extremadura denunció el suceso, pero la Junta de Extremadura no emitió una confirmación oficial. Desde entonces no ha vuelto a conocerse ningún otro ataque.

Este dato es clave en el debate sobre la compatibilidad entre la presencia del lobo y la ganadería. En otras regiones de España, donde el lobo ha estado presente de forma continua, se han implementado con éxito medidas preventivas como el uso de mastines, cercados eléctricos y compensaciones económicas para los ganaderos afectados.

¿Cómo afecta a Extremadura el cambio de normativa?

El cambio en la normativa que permite nuevamente la caza del lobo ibérico en el norte de España no afecta directamente a Extremadura por una razón fundamental: en esta comunidad la presencia del lobo sigue siendo escasa y esporádica. Mientras que en regiones como Castilla y León, Asturias o Galicia existen poblaciones estables de lobos, en Extremadura apenas se han registrado avistamientos aislados y no hay constancia de manadas asentadas. Además, la normativa aprobada en el Congreso revierte la protección del lobo solo en aquellas zonas donde ya era tradicionalmente objeto de gestión cinegética, es decir, al norte del río Duero. En consecuencia, Extremadura sigue estando bajo la legislación vigente que protege al lobo como especie de especial conservación, lo que implica que su caza sigue estando prohibida en la región.

El regreso del lobo ibérico a Extremadura plantea desafíos, pero también abre la puerta a nuevas oportunidades de conservación. El lobo es un depredador fundamental para mantener el equilibrio en los ecosistemas, regulando poblaciones y favoreciendo la biodiversidad.

La clave para su gestión está en encontrar soluciones que permitan la coexistencia entre el lobo y las actividades humanas. Mientras algunos sectores piden un control más estricto, otros abogan por políticas de compensación y medidas preventivas. En cualquier caso, el futuro del lobo en Extremadura dependerá de un enfoque basado en la ciencia, el diálogo y la convivencia.

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