COPA | ATLÉTICO 0 - BARÇA 1

El Atlético asume su cruda realidad: sigue por debajo de Real Madrid y Barça pese a su mayúscula inversión

"Tenemos que aceptar el lugar que tenemos", lamentó un Simeone que espera "seguir mejorando para acercarnos cada vez más a los que están por encima de nosotros"

Los jugadores del Atlético, tras la derrota en la semifinal de Copa contra el Barça en el Metropolitano.

Los jugadores del Atlético, tras la derrota en la semifinal de Copa contra el Barça en el Metropolitano. / Chema Moya / EFE

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Madrid

Cuando Munuera Montero pitó el final del Atlético-Barça, la tristeza se apoderó del Metropolitano. Solo el ruido de la esquina de los aficionados azulgranas y la emoción de los canteranos de Flick que saltaban como resortes del banquillo alteraban un funeral ya tres veces vivido en los últimos 21 días. Y ya se sabe que uno no se acostumbra a la muerte. Que, muy al contrario, cada una añade mayor duelo a la anterior, porque la trae a la memoria. Por eso, anoche el Atlético murió tres veces y no solo una.

Era esta la temporada en la que el Atlético se creía capaz de cualquier cosa. En la que se había rearmado con la billetera en la mano para tratar de abrir un tiempo nuevo, aprovechando las dudas que arrastraba el Barça de la temporada anterior y la esperanza de contemplar un Real Madrid en el que la exuberancia de Mbappé no tapara el gigantesco agujero dejado por Kroos.

185 millones en fichajes

Fueron unos 185 millones de euros, pagados uno a uno, invertidos el pasado verano en fichajes. Solo el Chelsea, el Brighton y el Manchester United, tres clubes que sufren gigantismo financiero, se habían gastado más en toda Europa. Julián Álvarez (72 millones más variables), Conor Gallagher (42), Robin Le Normand (34,5) y Alexander Sorloth (32), junto a los cedidos Juan Musso y Clément Lenglet estaban llamados a elevar el nivel del equipo. E indudablemente, al menos en la mayoría de casos, lo han hecho. Pero no lo suficiente.

"Tenemos que aceptar el lugar que tenemos", verbalizó tras la derrota Simeone, apelando a la necesidad de "seguir mejorando para acercarnos cada vez más a los que están por encima de nosotros". No les mencionó, pero no hizo falta: hablaba de sus verdugos en Champions (Real Madrid) y Copa (Barça), los dos equipos que pelearán por la Liga que no ganará el Atlético.

Simeone, durante el Atlético - Barça.

Simeone, durante el Atlético - Barça. / JUANJO MARTIN / EFE

"El club es crecimiento puro, hemos traído muy buenos futbolistas que han rendido a gran nivel. Hemos perdido 5-4 ante un rival que juega verdaderamente muy bien y que mereció pasar", ahondaba el Cholo, profundizando de inmediato en el discurso que había trasladado en la previa: "El equipo ha competido muy bien hasta el día de hoy, en Champions y en Copa, y estamos haciendo una Liga buena. A seguir, partido a partido". Lo cierto es que tanto en Europa como en el torneo del KO han sido detalles mínimos los que les han hecho descarrilar. Lejos, pero no tanto.

"Aceptar la realidad"

"Debemos aceptar la realidad y tener un pensamiento racional", coincidía aún sobre el césped José María Giménez, uno de los más pasionales, uno de los capitanes, él "tan triste como ellos", los aficionados colchoneros. "No es cosa de actitud, los rivales también juegan y sobre todo los que tienen este nivel", añadía Javi Galán.

"No hay reproche ni reclamo, los futbolistas están dando absolutamente todo, el máximo, y aspiro a seguir de la misma manera en la Liga", remarcó el Cholo sobre una competición que carece ya de alicientes para el Atlético. Al ser Real Madrid y Barça finalistas de Copa, el tercero y el cuarto del campeonato tienen asegurada la próxima Supercopa y el Villarreal (quinto), aunque con un partido menos, está a 10 puntos de distancia. Con respecto a la Champions, con cinco plazas para España virtualmente aseguradas, el Betis debería remontarle otros 10 puntos en las nueve jornadas restantes para arrebatarle el billete a los de Simeone. Inviable.

Serán, por tanto, nueve partidos de preparación para el Mundial de Clubes. Una potencial ventaja competitiva frente a rivales que, como el Real Madrid, quizá deban emplearse al máximo hasta finales de mayo. Quizá pueda agarrarse a eso el Atlético para ver medio lleno un vaso que a estas horas vislumbra vacío.

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