Ciencia y sociedad

La inteligencia artificial genera su primer artículo científico aceptado por pares

Sakana AI, la startup detrás de AI Scientist-v2, promete revolucionar el futuro de la investigación académica

Una empresa japonesa crea la primera IA capaz de escribir artículos científicos

Una empresa japonesa crea la primera IA capaz de escribir artículos científicos / DALL·E 2025/T21

Redacción T21

Madrid

Una startup japonesa asegura haber creado una inteligencia artificial capaz de investigar, escribir y publicar artículos científicos. Aunque el logro levanta aplausos entre algunos, también deja abiertas muchas interrogantes.

La ciencia, ese vasto campo de exploración humana que por siglos ha estado reservado exclusivamente para mentes inquietas e ingeniosas, ahora tiene un nuevo protagonista: una inteligencia artificial capaz de investigar, desarrollar y publicar artículos científicos.

Con sede en Japón, la compañía Sakana AI asegura haber logrado un hito histórico al crear la primera IA, llamada AI Scientist-v2, que ha escrito, revisado y presentado un artículo aceptado en un taller de la prestigiosa conferencia ICLR 2025. Pero este avance, aunque emocionante, también llega acompañado de importantes desafíos y consideraciones críticas.

La historia detrás del AI Scientist-v2 es la de una máquina que busca emular el proceso científico completo. No se trata solo de redactar texto coherente y preciso, sino de generar hipótesis originales, realizar experimentos, analizar datos e interpretar resultados para luego plasmarlos en un documento científico. Según Sakana AI, su creación ha producido tres artículos de investigación sin intervención humana. Una de estas publicaciones, titulada "Compositional Regularization: Unexpected Emergent Properties in Multi-Task Learning," logró ser aceptada en el taller de ICLR 2025, una conferencia que reúne a los mejores investigadores en aprendizaje automático y ciencias de la computación.

Humano superado

Un detalle significativo es que la aceptación del artículo ocurrió en un taller, un formato generalmente menos exigente que los artículos de la conferencia principal, lo que limita el impacto del logro. A pesar de ello, el documento generó suficiente interés para pasar por una revisión doble ciega, en la que los evaluadores desconocían que el manuscrito había sido íntegramente producido por una IA. La puntuación promedio de 6.3 recibió elogios por su claridad y relevancia, superando algunas propuestas hechas por investigadores humanos.

Sin embargo, el avance tecnológico no está libre de complejidades. AI Scientist-v2 aún tiene importantes limitaciones que hacen evidente que la automatización de la investigación científica sigue siendo un sueño lejano. Por un lado, su capacidad para evaluar la novedad de sus hipótesis es insuficiente. La IA tiende a presentar ideas como innovadoras, aunque en realidad sean conceptos ampliamente documentados en la literatura existente. Además, sus experimentos no están exentos de errores: un 42% de ellos falló debido a problemas de codificación, y algunos resultados publicados fueron simplemente incorrectos o incluso "alucinados", un término que en el ámbito de la IA describe datos inventados sin respaldo real.

Otro punto crítico está relacionado con la calidad de las citas utilizadas en los artículos. En promedio, los documentos generados por AI Scientist-v2 incluían apenas cinco referencias bibliográficas, muchas de ellas obsoletas o mal seleccionadas. Esto pone en evidencia una falta de profundidad en el entendimiento del contexto académico y también puede comprometer la credibilidad de los resultados.

Referencia

Evaluating Sakana's AI Scientist for Autonomous Research: Wishful Thinking or an Emerging Reality Towards 'Artificial Research Intelligence' (ARI)? Joeran Beel, Min-Yen Kan, Moritz Baumgart. arXiv:2502.14297v2 [cs.IR] DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2502.14297

Primeros pasos

A pesar de sus limitaciones, el logro de Sakana AI merece atención porque abre nuevas preguntas sobre el papel de las máquinas en el ámbito de la investigación científica. ¿Será posible en un futuro cercano que las IA sean colaboradoras activas en proyectos científicos? ¿Qué implicaciones éticas rodean el uso de estas herramientas, especialmente si su trabajo incluye errores o resultados inventados?

El equipo detrás de AI Scientist-v2 no está trabajando solo. Sakana AI se ha asociado con instituciones académicas como la Universidad de Oxford y la Universidad de Columbia Británica para validar la relevancia y precisión de los artículos generados. Además, en colaboración con los organizadores de ICLR, diseñaron el experimento de revisión doble ciega para evaluar la capacidad de la IA sin prejuicios.

Aunque aún queda un largo camino para replicar la intuición, creatividad y rigor de los mejores científicos humanos, Sakana AI ha dado un paso significativo hacia lo que los investigadores denominan Inteligencia Artificial de Investigación, o ARI por sus siglas en inglés.

En un mundo donde los avances científicos son cada vez más complejos y demandantes, la posibilidad de contar con colaboradores artificiales podría transformar nuestra manera de entender y expandir los límites del conocimiento.

El camino que abrió AI Scientist-v2 no está libre de retos, ciertamente, pero nos invita a reflexionar sobre la coexistencia entre humanos y máquinas en el proceso de crear, descubrir y entender nuestra realidad. ¿Será esta inteligencia artificial el primer eslabón en una nueva era de la ciencia? Sólo el tiempo dirá.

Tracking Pixel Contents