Confesión
José Bretón confiesa en un libro que mató a sus hijos Ruth y José en Córdoba
El asesino afirma en una entrevista con el escritor Luisgé Martín que "me faltó solo un poco más de suerte" para conseguir ocultar los cuerpos y el crimen

José Bretón, en el juicio por el asesinato de sus hijos Ruth y José. / Juan Manuel Vacas
Pilar Cobos
"Si no había cuerpos, no podían acusarme de nada. No podían condenarme. Estuve a punto de conseguirlo. Me faltó solo un poco más de suerte". Estas son las últimas afirmaciones públicas de José Bretón en la cárcel de Herrera de la Mancha. Las realizó al escritor Luisgé Martín, que aborda el mal en El odio (Anagrama), un libro que se publicará en los próximos días, y en el que Bretón confiesa que asesinó a sus hijos.
Para escribir el libro, el autor se carteó durante dos años con Bretón, al que visitó en la cárcel durante las navidades de 2023. El Confidencial publicó ayer un fragmento del libro, que recoge la entrevista mantenida en la prisión con el parricida, que acabó con la vida de sus hijos Ruth y José el 8 de octubre de 2011. Bretón explica al autor que ha aceptado colaborar con él para poder manifestar su "arrepentimiento" por el asesinato. Tendría que abandonar la prisión en 2036 y el arrepentimiento es una de las condiciones para acceder a los beneficios penitenciarios en la última fase de la condena.
"No espero que nadie me perdone" por lo ocurrido, admite en la entrevista. Según ha podido conocer este periódico en los últimos meses, Bretón está solo en la cárcel de Herrera de la Mancha, adonde llegó en 2016. No recibe visitas desde el fallecimiento de su madre y una oenegé le lleva la ropa.
¿Un encuentro con Ruth Ortiz?
En su encuentro cara a cara, Luisgé Martín le pregunta si se atrevería a sentarse con Ruth Ortiz, la madre de sus hijos, para pedirle perdón. El parricida señala que "no existe esa posibilidad ni va a existir. La sentencia me prohíbe acercarme a ella durante el resto de mi vida. Y además Ruth no puede perdonarme, es imposible que lo haga (...) Pero sí me gustaría poder pedirle perdón, claro. Leí en un periódico una entrevista con ella [hace referencia a la publicada por Diario CÓRDOBA el 9 de octubre de 2016, la primera que concedió Ruth Ortiz a un medio escrito] en la que decía que tenía miedo de que yo saliera de la cárcel porque podría querer hacerle daño, matarla a ella también. Y eso me entristeció. Es ella la que tendría razones para matarme a mí, no al revés".
El 15 de septiembre de 2011, Ruth le anunció que no podían seguir juntos y el 8 de octubre asesinó a sus hijos. "Me obsesionaba la idea de que se educaran al lado de la familia de mi mujer, que a mí me parecía una familia tóxica. Después del asunto del biberón [se refiere a cuando la cuñada le echó sal en los biberones a su hijo José] yo me había alejado mucho de ellos, solo veía problemas allí dentro. Y me deprimía la idea de que mi hija Ruth y mi hijo José crecieran entre ellos sin estar yo delante. Ahí fue cuando empecé a volverme loco", manifiesta Bretón.
Luisgé Martín entiende que "todo lo que iba diciendo tenía un sentido coherente que solo podía provenir de la verdad, de la verdad inventada o de un argumentario criminal muchas veces repasado y aprendido para que fuera convincente".
"Comprobé que no respiraban"
Bretón afirma que acabó con la vida de sus hijos "por la impaciencia. Necesitaba que esa situación se acabara, que desaparecieran las dudas y la incertidumbre". También destaca que la muerte de los niños representaba un consuelo para él. "Cuando Ruth me abandonó, entré en cólera. Al principio no tuve pensamientos extraños, pero después se fue abriendo paso la idea del asesinato. No recuerdo más. La última semana, quizá. La última semana".
A preguntas del escritor, asegura que los niños no sufrieron: "Absolutamente seguro. Disolví las pastillas machacadas en agua con azúcar y se la di para que bebieran. Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban, estaban ya muertos. No se enteraron de lo que iba a pasar. Confiaron en mí. No hubo miedo ni dolor ni ningún tipo de sufrimiento", subraya. "Si quieres llamarlo venganza, puedo reconocerlo. Pero yo no tenía el sentimiento de venganza, creía que estaba protegiendo a mis hijos de un futuro terrible", afirmó José Bretón en su cara a cara.
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