Opinión

¡Qué gran idea!

¿Qué quedará después de haber exprimido cada centímetro de nuestra tierra?

Brigada de Tanques de Ucrania en primera línea en la región de Járkov

Brigada de Tanques de Ucrania en primera línea en la región de Járkov

En un alarde de genialidad, la Unión Europea parece estar considerando seriamente involucrarse, todavía más, en una guerra contra nuestro enorme vecino.

Porque, claro, si algo nos ha enseñado la historia (reciente) es que las guerras en suelo europeo no suelen tener el final deseado… Al menos para aquellos que terminan con ciudades en ruinas y con economías en crisis. Pero, que no cunda el pánico… La mejor manera de demostrar nuestra superioridad moral es aumentando nuestro presupuesto en el rearme: ochocientos mil millones (en los próximos años). ¡Qué gran idea! Al parecer, los derechos humanos, la tranquilidad y la dignidad son más efectivos cuando vienen acompañados de un misil de largo alcance, que no necesariamente tiene que ser lanzado. En estos tiempos, en los que parece que hablar de paz es casi ofensivo y cuestionar la necesidad de un rearme multimillonario casi un acto de traición, poco importa que la guerra, en su propia definición, sea un fracaso para la humanidad. La escalada militar no resolverá la inflación, ni pagará los alquileres ni mejorará la sanidad o educación públicas (tampoco es la culpable de ello, es cierto)… Pero al menos estaremos tranquilos ante la posibilidad del estallido una guerra que ni hemos provocado ni apoyamos.

La escalada militar no resolverá la inflación, ni pagará los alquileres ni mejorará la sanidad o educación públicas (tampoco es la culpable de ello, es cierto)… Pero al menos estaremos tranquilos ante la posibilidad del estallido una guerra que ni hemos provocado ni apoyamos

Aunque no se queda ahí, por supuesto, todavía hay más. Los extremeños y extremeñas también vemos a nuestra región en particular en esos maravillosos planes. Ahora, cuando todavía no hemos acabado con los rompecabezas mineros como los casos de la mina de litio de Valdeflórez o la mina de wolframio y estaño en la Sierra de Gata (entre muchas otras), la UE también pretende reabrir otros proyectos mineros en los cuatro costados de nuestra región. ¿Para qué quieren esas minas? ‘Independencia minera’, así ha sido denominado. ¿A qué precio? Una posible degradación ambiental, o una posible pérdida de tierras agrícolas, o un posible impacto negativo en la calidad de vida… Es posible que no les seamos completamente indiferentes, pero ¿qué pasará cuando la tensión se normalice de nuevo? ¿Qué quedará después de haber exprimido cada centímetro de nuestra tierra en la defensa contra ese terrible enemigo?

Y mientras tanto, al otro lado del charco, EE.UU. sigue haciendo lo que mejor se le da: exportar democracia… Parece que nadie ha solicitado una entrega tan urgente, pero no se preocupen: los gastos de envío correrán por nuestra cuenta.

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