ESPAÑA Y SU INDUSTRIA DE SEGURIDAD Y REARME (III)
Galicia quiere crear 5.000 empleos en el sector de defensa con el plan de rearme de la UE
Una treintena de empresas operan ya en ese ámbito, pero otras 150 tienen capacidad de sumarse a la cadena de valor, donde Navantia y Urovesa ejercen como tractoras

Blindados Vamtac de Urovesa en la fábrica de Valga. / FdV
Martín G. Piñeiro
Aunque el plan de rearme de la Unión Europea está todavía muy verde y a estas alturas ni siquiera hay acuerdo sobre cómo denominarlo, la idea fuerza del mismo sí parece definida: se quieren poner sobre la mesa 800.000 millones de euros y flexibilidad para gastarlos en la próxima década. Una cifra de tal magnitud que ha provocado una reacción en bloque de toda la cadena industrial vinculada a defensa. Nadie quiere perder esta oportunidad. Y menos en Galicia, la cuarta comunidad con más peso de este sector y con una tradición histórica que se remonta al siglo XVIII, cuando el Marqués de Sargadelos fundó en la costa de Lugo la primera siderurgia integral de España dedicada a la producción de material bélico.
¿Cómo afronta esta autonomía el reparto de fondos para seguridad y defensa? ¿Cómo está situada respecto al resto de España para competir en el mundo que viene? Descifrar estas claves es el objetivo de este serial de radiografías elaborado por periodistas especializados en defensa del grupo Prensa Ibérica.
Galicia cuenta hoy con más de 30 empresas que operan en el área de defensa, capaces de dar trabajo a 3.500 personas. Pero con el nuevo escenario que abre el plan de rearme europeo, aspira a involucrar a entre 150 y 200 compañías más en esta actividad, lo que podría generar hasta 5.000 nuevos empleos.
Son los cálculos de Asime, la patronal gallega del metal, que cuenta desde hace años con un Grupo de Seguridad y Defensa (Secdefense) en el que aglutina a estas empresas. Su secretario general, Enrique Mallón, admite que este nuevo contexto geopolítico "abre una oportunidad sin precedentes para la industria gallega" y Asime "va a estar ahí". El grupo acaba de regresar de la feria Navdex de Abu Dabi y ya confirmó su presencia en la Feindef de Madrid. Además, la cuarta edición de su propia feria, la Mindtech, prevista del 17 al 19 de junio en Vigo, reservará este año un apartado específico para la industria de seguridad y defensa.

Vamtac recién salidos de la línea de producción de Urovesa en Valga. / Noe Parga
"Si se apuesta por inversiones estratégicas y una mayor agilidad para aprovechar las oportunidades, esta industria puede experimentar un crecimiento significativo en los próximos años, consolidando a Galicia como un referente en la industria de seguridad y defensa", asegura Enrique Mallón.
Una filosofía del sector privado que también comparte la propia Administración. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, destaca el "enorme potencial" gallego. "La industria de defensa, seguridad, aeronáutica y del espacio constituye un sector estratégico dado su elevado componente de I+D+i, sostenido por empresas y centros de investigación".
Radiografía del sector
Aunque hay una treintena de empresas involucradas de forma directa en el sector gallego de defensa, dos de ellas destacan por su capacidad tractora. Se trata de los astilleros de Navantia, en la ría de Ferrol, y de Urovesa, que fabrica vehículos blindados en sus plantas de Santiago y Valga. Ambas figuran en el top 10 de las mayores compañías del sector en el informe 'Spain Defence and Security Industry 2025' que se acaba de publicar.
Las ventas de Navantia en 2022 superaron los 1.025 millones de euros y su peso en el ámbito de la defensa en España es del 10,6%, situándose como la tercera compañía más relevante tras dos divisiones de Airbus. Solo en A Coruña, Navantia Ferrol y Fene supone el 14% del empleo industrial y el 1,5% de la riqueza provincial.
Los astilleros de Navantia en la ría de Ferrol están actualmente en plena construcción de las cinco fragatas F-110 que el Gobierno encargó a finales de 2018, un contrato con un presupuesto de 4.325 millones que permitirá la creación de 7.000 empleos en los próximos años. Los trabajos comenzaron en abril de 2022 con el corte de chapa y está previsto que el primero de los buques se entregue en el año 2027, y el último, en 2031. Además, hace poco más de un año, el Gobierno también avanzó otro encargo para los astilleros militares gallegos: un nuevo buque de aprovisionamiento por importe de cerca de 500 millones de euros.

Fragata F-313 'Helge Insgtad' en Navantia Ferrol. / RC
En cuanto a Urovesa, aparce en el puesto nueve del ránking, con un peso del 1% en el sector nacional tras encadenar dos años por encima de los 100 millones de facturación gracias a sus vehículos Vamtac. Ante el nuevo escenario global, tiene sobre la mesa un aumento de personal e inversiones ya que calcula un incremento de la demanda "de un 50% de aquí a dos años", según Justo Sierra, su presidente.
La compañía prevé entregar este año al Ministerio de Defensa un total de 150 Vamtac, los mismos que en 2024, dentro del último acuerdo marco en el que se comprometían 700 vehículos. Además, el Gobierno firmó otro contrato con Urovesa, por 9 millones de euros, para el mantenimiento. El Vamtac o Vehículo de Alta Movilidad Táctica es un blindado muy versátil para el Ejército de Tierra, que lo emplea para diversas tareas, ya que se le pueden acoplar armas o puede adaptarse en fábrica para ser ambulancia. Sin ir más lejos, en 2024 compró seis de estas ambulancias por 4,6 millones.
Sin embargo, el sector gallego de defensa es mucho más que eso. La potencia naval de Galicia se traduce en la capacidad de empresas como Aister, Ibercisa, Metalships, Panelship o Wartsila en la construcción de patrulleras y embarcaciones de control fronterizo; los componentes que suministran Industria Ferri, Comevisa, Ucalsa, Pérez Torres, Grupo Davila, Suardiaz, Frimarte, Galenergy...; la ingeniería aeroespacial de Delta Vigo, Thune Eureka, Utingal o Centum; o la ingeniería de Ghenova, CT Ingenerios, TechnoPro Hispania, Amper...
'Spain Defence and Security Industry 2025' incluye en su mapa de la defensa española 115 puntos de trabajo en Galicia: 72 en A Coruña, 39 en Pontevedra, 3 en Lugo y 1 en Ourense. Solo Madrid, Andalucía y Murcia aportan más peso a un sector que, en el conjunto nacional, generó 7.500 millones de euros en volumen de ventas, con casi 70.000 empleos en 376 empresas.
El gran reto
En este ecosistema industrial y con una inversión sin precedentes en la agenda europea, el principal reto del sector gallego pasa ahora por convencer a las pequeñas y medianas compañías para que se enganchen a esta cadena de valor de la seguridad y la defensa nacional. Para las pymes, el paso no es siempre sencillo, ya que el desconocimiento del sector, la exigencia de determinadas certificaciones específicas y las condiciones estrictas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pueden ejercer como barreras.
Sin embargo, el sector ofrece a cambio algunas ventajas importantes, como la estabilidad. "La de defensa es una industria muy estable, no tan cíclica como puede ser la naval o la automoción", que generan gran volumen de trabajo en un momento pero pueden frenar la actividad en otro, apuntan desde Asime, donde están centrando sus esfuerzos en acompañar a esas pymes para que puedan adentrarse en la industria de defensa de la mano de una empresa tractora que cuente con ellas. Y, de momento, constatan "un creciente interés" en sumarse a esta oportunidad de crecimiento para ellas... y para Galicia.
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