Entrevista

Nadia de Santiago: "El personaje de 'Manual para señoritas' es el que más me ha expuesto"

La actriz es la carabina protagonista de la nueva serie de Netflix, un 'Bridgerton' a la española con más comedia

Nadia de Santiago en 'Manual para señoritas'.

Nadia de Santiago en 'Manual para señoritas'. / Netflix

Marisa de Dios

Netflix pretende repetir el éxito de 'Los Bridgerton' con 'Manual para señoritas', serie española de los creadores de 'La Promesa' ambientada en el Madrid de finales del siglo XIX y con un toque cómico. Su as en la manga es, además de su cuidado vestuario y ambientación, su protagonista, una carabina con muchos secretos interpretada por una actriz acostumbrada a las ficciones de época, Nadia de Santiago, una de 'Las chicas del cable'.

Su personaje, Elena Bianda, es una carabina muy eficiente y distinta a las demás, porque es estricta pero también sabe ganarse la confianza de las chicas a las que debe buscar marido.

Aunque el contexto histórico sea 1880, Elena conoce muy bien las emociones humanas por un pasado que le ha marcado mucho. Precisamente por esa heridas que tiene y ese medio enfado con el amor ayuda a las mujeres a buscar el pretendiente perfecto. Es muy moderna para la época, porque busca a hombres nobles, leales, con valores, y no simplemente que vengan de buena familia y con dinero.

Dice que el personaje le ha puesto muy al límite física y emocionalmente. ¿Por qué?

Porque ha sido un rodaje muy largo, de seis meses, con una protagonista que tenía mucho peso a nivel de guion. Y aunque la serie está envuelta en un tono un poco superficial, porque es comedia y es una mujer que ironiza mucho con lo que pasa, lo exterioriza de una manera que a veces resulta dolorosa. Elena tiene una coraza con muchas capas que luego se va rompiendo. Puede parecer algo ligero, pero su ironía esconde muchas heridas.

¿Cómo ha encarado un personaje como este, que rompe constantemente la cuarta pared dirigiéndose directamente al público?

Ha sido un reto muy diferente y divertido. Para mí era muy importante a quién me iba a dirigir cuando miraba al objetivo y acabé pensando que le hablaba a una amiga. Porque en esas escenas rompía la atmósfera que se creaba con mis compañeros, miraba a cámara y luego volvía otra vez con ellos. Romper esa cuarta pared ha hecho que me expusiera mucho.

¿Es el personaje que más le ha marcado?

No sé si es el que más me ha marcado, pero desde luego es el que más me ha expuesto, tanto a nivel interpretativo como personal. Y mira que he hecho personajes desde los 10 años... Supongo que me tocó en un momento vital en el que tenía más conciencia. Ha sido un viaje bonito, pero intenso. Ahora, con el paso del tiempo, me doy más cuenta. Es un personaje que lo tapa todo, que dice que no le duelen las cosas, pero que en realidad sí que le duelen.

¿Le molesta que se haya comparado tanto 'Manual para señoritas' con 'Los Bridgerton'?

Nosotros estamos felices de que nos comparen con ella, porque es una serie que ha gustado un montón y ha funcionado muy bien. Pero yo las referencias las miro de refilón. También se podría comparar con 'Fleabag', que era una serie que rompía la cuarta pared y ha tenido una repercusión muy fuerte.

Aunque sea una serie de época tiene unos códigos muy actuales, como con la música.

Sí, incluso mi personaje. Al principio se planteó que yo llevara corsé, una experiencia que me impactó mucho. Ya me lo había puesto antes, pero no en un proyecto en el que iba a pasar tantas horas metida en ese vestuario. Me emocioné mucho porque me trasladó a un lugar en el que no se dejaba que el cuerpo respirara. Al final se descartó y nos vino bien porque la serie, aunque esté ambientada en 1880, es muy contemporánea, con emociones que podrían pasar hoy en día. Elena estaba en esa época, pero era una mujer mucho más avanzada, que incluso hace gestos más actuales, porque queremos jugar con esos códigos.

Álvaro Mel y Nadia de Santiago en 'Manual para señoritas'.

Álvaro Mel y Nadia de Santiago en 'Manual para señoritas'. / Netflix

Ha recordado que empezó con 10 años en la interpretación. ¿Cree que al comenzar tan pronto en la profesión se perdió muchas cosas?

Seguramente me he perdido cosas, pero he ganado otras. Sobre todo me pregunto cómo hacía para combinar el trabajo con el colegio. Creo que, a veces, la profesión me ha salvado y me ha enseñado muchas cosas. Era muy inspirador estar con actores y actrices, con gente que se dedicaba a otras cosas y que tenía otros puntos de vista. Eso me ha enriquecido un montón. Para mí el arte es muy importante, algo casi espiritual.

Y eso que quiso ser enfermera, algo tan diferente a su profesión...

La enfermería es algo más material y la interpretación, un camino de conocerse, identificar y gestionar emociones para después meterlas en un personaje. No estudié enfermería pero cuando tengo parones estudio medicinas alternativas, soy profesora de yoga, he estudiado ayurveda... La interpretación al final es eso, son emociones, energía. Las terapias más alternativas me llaman la atención y luego me vienen bien para los personajes.

Tiene familia catalana por parte de madre. ¿Se maneja con el catalán?

Un poco, no mucho, pero lo entiendo. Mi abuelo me habla en catalán pero no le contesto en esa lengua porque no sé mucho.

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