Educación
Un programa para prevenir el acoso escolar se imparte en dos centros de Cáceres
La iniciativa no solo forma a alumnos de entre 5 y 11 años, sino que también se orienta a las familias y al profesorado. La metodología se ha implementado en el Giner de los Ríos y en las Carmelitas

Una de las sesiones con los alumnos. / Cedida
El acoso escolar puede dejar cicatrices emocionales de quienes lo padecen. Por ello, para evitar que afloren este tipo de casos en centros educativos, la Fundación Sorapán de Rieros ha puesto en marcha el programa ‘Abordaje del suicidio juvenil. Prevención e intervención escolar y sensibilización comunitaria’.
La iniciativa inicial se dirigía hacia la prevención "del suicidio y del acoso en los centros educativos. Vimos que no había tantos casos de suicidio como en un principio nos preocupaban, sino que los problemas van se relacionan cómo se relacionan los alumnos entre ellos, los valores que tienen, la convivencia que hay en los centros. Eso en lo que estamos un poco más centrados, en trabajar el bienestar emocional y psicológico en general para que disfruten de ello a la larga", ha explicado a este diario la coordinadora del programa, Carmen Sánchez Monterrey.
Esta propuesta desarrolla ya su segunda edición. En la primera se realizó en las aulas de cuatro colegios pacenses y este año ha llegado a Cáceres, en concreto al Giner de los Ríos y a las Carmelitas. El programa se destina principalmente a estudiantes de entre 5 y 11 años, es decir, hasta 6º de Primaria, aunque también se trabaja con las familias y los profesores. «Considerábamos que todos los programas normalmente se dirigen al alumnado, pero no se refuerzan los contenidos con los padres y los docentes», ha destacado.
Cada mes
En concreto, se forma a los menores mensualmente con sesiones prácticas a través de juegos lúdicos y actividades interactivas donde trabajan con contenidos teóricos en el aula y se complementa con una plataforma que cuenta con juegos interactivos y recursos transversales, como un buzón de la amistad, que sirve para «mandar mensajes positivos entre compañeros o contar si algo ocurre en el aula y no se atreven a decirlo directamente al tutor», o un sistema de puntuación para controlar las situaciones que el alumnado realiza bien o mal para mejorar el clima en el centro. Estas herramientas tienen como objetivo reforzar lo aprendido en la clase.
Mientas que con los profesores y las familias, la iniciativa se desarrolla en función de las necesidades de cada grupo y según el perfil del centro, para ello se analiza cómo se aborda el bullying, en qué punto se encuentran. Una vez estudiado, el programa elabora micropíldoras formativas dirigidas habilidades de detección, sociales y las capacidades del docente para resolver «situaciones conflictivas que puedan darse en el aula o problemas de convivencia que puedan surgir en cada grupo. Para ello, se les asesora de manera específica y se les facilita materiales, pautas y se analiza cómo reorientar la situación. Con los progenitores se trabaja de la misma forma», ha apuntado Sánchez Monterrey.
La iniciativa está teniendo una «muy buena acogida» desde el primer año. «En Badajoz atendimos alrededor de medio millar de personas entre familias, profesorado y alumnado. En Cáceres también la está teniendo, impartimos el programa en colegios que el acoso escolar ya lo tienen muy trabajado, están mucho más implicados y concienciados. Al final de lo que se trata es de que se lleve el programa y que el colegio lo refuerce y siga trabajando los contenidos de manera transversal. El alumnado ya ha adquirido cierto dominio del vocabulario. Por ejemplo, ya diferencia lo que es un conflicto, una pelea o acoso».
Durante tres años
El programa se desarrolla durante tres años. En el primero la labor es más intensa, se introduce la metodología en el centro y se trabaja todos los meses de forma continuada. En el segundo año, la formación se imparte cada mes. Por último, en el tercer año, el programa ofrece micropíldoras de refuerzo a los grupos que sean más necesarios y se sigue asesorando a casos específicos.
En los centros en los que trabajan no han encontrado casos de acoso escolar que sean «graves y continuados. Más bien lo confunden conflictos que se derivan de la forma en la que ellos se tratan y se hablan entre ellos. La cultura que tienen de la violencia, de recurrir al chantaje para conseguir lo que quieren, de no cuidar la forma en la que se hablan y se tratan, más que casos alarmantes», ha subrayado la coordinadora.

Sesión con docentes en el Giner de los Ríos. / Cedida
Metodología Kiva
La propuesta se basa en la metodología Kiva, una iniciativa líder a nivel mundial en la prevención y abordaje del bullying. La idea es crear un ambiente escolar seguro y saludable, donde todo el alumnado pueda desarrollarse plenamente y se sienta cómodo para expresarse con libertad.
En el Giner de los Ríos, el programa se desarrolla en dos sesiones mensuales. En concreto, una de ellas se realiza a cargo de los responsables de tutoría que trabajan directamente con el alumnado. Para ello, se utilizan materiales y recursos diseñados específicamente para promover la convivencia y el respeto mutuo.
A lo largo del curso, se realizan cuestionarios de seguimiento que permiten valorar aspectos esenciales en el clima escolar como la prevalencia del acoso, la percepción del alumnado respecto a la tolerancia en familia y docentes y al trato igualitario en el centro.
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