La empresa pospone la reparación

Aplazado el arreglo del ascensor que agobia a Valentina, vecina de Cáceres

Su hija Blanca pide una solución viable para que no tenga que permanecer encerrada en su casa

Valentina López, vecina afectada por la reparación del ascensor en el bloque de pisos donde reside.

Valentina López, vecina afectada por la reparación del ascensor en el bloque de pisos donde reside. / Jorge Valiente

Cáceres

«Nos han informado que, por el momento, se posponen las obras del ascensor. Se llevarán a cabo más adelante, pero no será esta semana». Son las palabras de Blanca Méndez, hija de Valentina López, quien asegura que la empresa Orona, a cargo del mantenimiento, ha comunicado a los residentes el aplazamiento momentáneo de la reparación que se pretende llevar a cabo en el único elevador existente en el bloque de viviendas donde reside su madre, ubicado en la avenida Cervantes de Cáceres.

Una noticia que, sin duda, ha sido bien recibida por el vecindario y especialmente por la mujer, de avanzada edad, que mostraba la semana pasada su estado de preocupación al tener que enfrentarse al menos a 15 días (el plazo mínimo solicitado por la firma) sin poder salir de su domicilio por los arreglos necesarios en el ascensor.

Méndez afirma que la empresa ha intentado ponerse en contacto con ella tras la denuncia pública realizada, pero por el momento no han podido mantener una conversación al respecto para aclarar la situación. Algo que, a priori, sucederá en las próximas fechas.

Atrapada por la reforma

Valentina argumentaba que, debido a sus problemas de movilidad y a que su vivienda se encuentra en el octavo piso del edificio, se veía incapacitada para salir del domicilio sin la ayuda del elevador, así como para desplazarse a otra residencia provisional durante el tiempo que durasen los trabajos, tal y como Orona sugería que hicieran. «No sé qué vamos a hacer con ella. No disponemos de más residencias y no puede estar en un hostal porque se desorienta al no conocer el lugar», declaraba su hija hace escasos días.

Méndez entiende que su madre pueda estar «cuatro o cinco días sin salir de casa» pero no cree que pueda aguantar más de dos semanas puesto que «sufre depresión y no tolera quince días encerrada en su vivienda». Además, la necesidad de acudir a rehabilitación por el problema que padece en las piernas también está entre sus principales preocupaciones.

La mujer no es la única afectada, dado que asegura que en el bloque también reside un gran número de personas mayores. Por todo ello, madre e hija solicitan una alternativa viable para limitar los perjuicios que les va a provocar la reparación del ascensor y reiteran que no pretenden entrar en conflicto con nadie pero se han visto obligadas a comunicar esta circunstancia al no encontrar una solución acorde para su delicada situación.

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