“Sigue frecuentando la falla, la parroquia y el teatro en Buñol (Comunitat Valenciana). Sigue yendo a sitios donde hay muchos niños. Pensamos que ha habido más víctimas como yo en el colegio religioso, y queremos que denuncien. Que los padres hablen con sus hijos porque este sujeto tuvo acceso a menores en el centro hasta marzo de 2023”. El que habla es la víctima de J. un pederasta condenado hace unos días a 4 años de cárcel. Con tan solo 8 años, lo acorraló en los baños de la piscina municipal y abusó sexualmente de él. No reunió la fuerza necesaria para contarlo hasta 2023, y de denunciarlo, hasta 2024. Ahora habla públicamente porque quiere que el resto de posibles víctimas -niñas y niños- denuncien: "No estáis solas". Sin embargo, la vida de J. no cambió demasiado con la denuncia, ya que la sentencia todavía no se ha ejecutado. En una publicación de un portal de noticias comarcales él es quien firma las fotos hechas al belén parroquial de este año, unas imágenes donde se puede ver a muchos menores de edad. Igualmente, en sus redes sociales comparte vídeos en los que se le ve en la cremà de una falla infantil en la localidad. J. pasó muchos años ligado al colegio diocesano de la localidad, implicado en muchas actividades para niños y niñas y con una relación muy estrecha con el centro. El director prohibió su entrada al colegio al conocer estos hechos, sin embargo, el cura no lo alejó de la parroquia, donde ha continuado ligado a actividades con participación de menores de edad. Este diario ha contactado con el párroco, quien no ha querido hacer declaraciones. El director del colegio conoció los hechos por primera vez en marzo de 2023, cuando respondió que ya constaban quejas de otras dos chicas respecto a este tema. Ambos casos fueron denunciados, pero no hubo condena. La denuncia de esta víctima no llegó hasta marzo de 2024 y la condena firme llegó hace unos días. Los hechos ocurrieron en 2010. La agresión sexual traumatizó al menor, que decidió no contar a nadie su sufrimiento hasta marzo de 2023, cuando sucedió algo que cambió su actitud. La víctima, ya con 22 años, se enteró de que el joven que había abusado de él con 8 años tenía contactos frecuentes con el alumnado de un colegio religioso y que incluso el director del centro ya tenía otras denuncias de niñas sobre la mesa. Pese a la denuncia, la víctima vio cómo el pedófilo seguía frecuentando las juventudes de la parroquia o las fallas infantiles. “En los festivales de Navidad del colegio él estaba en la cabina técnica, encargándose de iluminación y sonido. En las fallas del colegio él colaboraba en los actos que se hacían. Además, colaboraba en los grupos parroquiales de jóvenes que se reunían en el colegio y también fue a algunos campamentos de la parroquia. Por tanto, siempre estaba en contacto con los niños y niñas, estando en todo lo que le permitía acercarse a ellos”, narra la víctima. Tras la denuncia a la Guardia Civil, asegura que ha seguido frecuentando muchos de estos lugares, por lo que pide a las familias precaución y a las posibles víctimas anteriores que lo denuncien. "Invito a que las víctimas denuncien, niños, niñas y jóvenes. Que los padres hablen con sus hijos y que este sujeto, a pesar de la denuncia, se ha estado moviendo por fallas, la parroquia, el teatro y un gimnasio del municipio", denuncia la víctima. En su escrito reivindica que "denuncio porque me preocupa enormemente que este sujeto pueda hacerle o haya hecho lo mismo a otros niños y niñas. Siempre me ha preocupado mucho y siempre me ha dolido pensar que el no decirlo podía generar mucho dolor a otras personas".