Opinión
España, a salvo del plan de rearme
El presidente del Gobierno debe convencer primero a sus ministros. Y hacerlo con palabras adecuadas no con razones ni hechos

La comisaria Europea Kaja Kallas presenta el plan de rearme europeo
No es que el presidente del Gobierno, solo por haber dicho que prefiere Save Europe («Salvar Europa») en vez de ReArm Europe Plan («Plan de rearme de Europa», que, dicho sea de paso, es solo el nombre del plan cuyo fin es precisamente el rearme de Europa), no solo por eso, en fin, el presidente se oponga a la resolución de aumentar el gasto en defensa militar acordado por la Comisión Europea. La prueba es que la resolución ha sido aprobada por unanimidad, es decir, también por España.
Ocurre que el presidente del Gobierno debe convencer primero a sus ministros. Y hacerlo con palabras, nunca mejor dicho, no con razones ni hechos. A saber: con las palabras adecuadas, que denoten y no detonen, con un lenguaje que no ofenda, o cuya semántica pueda repugnar ideológicamente, como pasa con el término «rearme» y con «defensa militar» para las ideologías de izquierda, ya sea Izquierda Unida (la ministra Sira Rego), Podemos (el ministro Pablo Bustinduy) o, ¡ejem!, Sumar (la ministra Mónica García, el ministro Ernest Urtasun y la vicepresidenta y ministra Yolanda Díaz). Cierto es que solo tiene que convencer a los ministros, ya que la decisión de aumentar el gasto en Defensa difícilmente pase por el Congreso, o sea, no es probable que se someta a tramitación parlamentaria, sino que lo apruebe el Consejo de Ministros. Pero, justo porque sea así, se comprende que el presidente quiera al menos que sea por unanimidad.
Sánchez habla de «gasto en Seguridad» para no hablar de «gasto en Defensa», aunque tales eufemismos cambien el pensamiento solo de quien tenga pensamiento que pueda cambiársele, con perdón
En su libro Ser de izquierdas, Eduardo Haro Tecglen escribe: «Si es verdad que el pensamiento es producto del idioma, es posible que cambiando las palabras se pueda cambiar el pensamiento». Y da algunos ejemplos: no es lo mismo ser «la vieja criada», dice el viejo Haro, que ser «empleada del hogar», como tampoco es lo mismo ser el portero del edificio que ser «el empleado de la finca urbana». Y, desde luego, la basura huele mejor si son «residuos sólidos». Es lo que piensa el presidente del Gobierno: que si cambia el nombre, cambia lo nombrado, o no parecerá lo que es. De ahí que en Bruselas diga que la resolución debería llamarse «Salvar Europa» mejor que «Rearmar Europa» y que en España, por lo mismo, solo que bajando una octava sus palabras para adaptarse a mentes que considera más adaptativas, hable de «gasto en Seguridad» para no hablar de «gasto en Defensa», aunque tales eufemismos (incluido «adaptativas») cambien el pensamiento solo de quien tenga pensamiento que pueda cambiársele, con perdón.
Con otras palabras, España parece a salvo del plan europeo de defensa.
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