Fue un famoso slogan que el demócrata Barack Hussein Obama adoptó en las primeras elecciones a cuadragésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos, en el año 2009 hasta el 2017. Nunca antes en la historia de los presidentes de Estados Unidos había conseguido alguien, con piel negra, acceder al cargo más importante del mundo. Después de revisar la historia de los Estados Unidos de América, y considerar el trato racista y vejatorio que había sufrido la comunidad negra a lo largo de los años, suponía un grandísimo reto para un ciudadano negro acceder al gran honor de dirigir los designios del pueblo americano.Barack Obama tenía que convencerse él mismo el primero y, después, a todos sus conciudadanos que, a pesar de todo, era posible conseguirlo, y sí que se podían ganar las elecciones para convertirse en el primer Presidente negro de EE.UU. de la historia. “Sí, se puede” resonó aquel año de 2009 por el mundo entero y se convirtió en el lema de un ganador de unas elecciones que jamás olvidará el pueblo americano. Y ese mismo lema fue inteligentemente utilizado por un grupo de jóvenes que a todos nos pareció que traían sangre e ideas nuevas a la política española, cuando decidieron acampar en la Puerta del Sol de Madrid un 15 de mayo de 2011.Durante veintiocho días,allí se vertieron frases en pancartas y lemas que despertaban en nosotros, además de una sonrisa, la idea de que la política en nuestro país iba a dar un giro radical. Allí se leía “Amorcracia”, o “¡Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco!”, o “¡No hay pan para tanto chorizo!”, o “¿Por qué manda el mercado, si no le he votado?”, o “¡España, escucha, así es como se lucha!”, o “¡No falta dinero, sobran ladrones! “, y así un sinfín de frases que hacían ver y creer que el cambio había llegado de verdad, y que, por fin, se acabaría con los políticos mentirosos y corruptos que, además de meter la pata con frecuencia, casi siempre metían la mano donde no debían. Y, efectivamente, por primera vez en la historia de nuestra democracia, se abandonó el bipartidismo en unas elecciones y comenzaron a ocupar los asientos de la Cámara Baja algunos de los jóvenes que habíamos visto acampados en tiendas de campaña en la Puerta del Sol. Todos pensábamos que era el momento porque había llegado la hora de demostrar, desde el cargo político, que las cosas se pueden hacer mejor que hasta entonces. Acuñaron en sus mítines el “Yes, we can” de Barack Obama y llenaron estadios y centros culturales donde el “¡Sí se puede!” se escuchaba después de cada intervención desde la tribuna de oradores. Sin embargo, ahora, a unos pocos años de la acampada, a muchos se les ha roto la ilusión del cambio prometido, y las pancartas que ondeaban en la Puerta del Sol, se han desinflado como globos de feria que se pierden vagando en el aire. El ejemplo de algunos dirigentes de partidos emergentes entonces, nos han aclarado a qué se referían con aquel famoso lema. Ahora es cuando se entiende el verdadero significado de “Sí, se puede”. Efectivamente sí se puede “decir una cosa y hacer otra muy diferente”, pero eso ya se podía antes de que ellos llegaran. Ramón Gómez Pesado es exdirector del IES Ágora de Cáceres