El pasado viernes Cáceres era un hervidero de actividad. Desde primeras horas de la tarde las calles se llenaron de ciudadanos celebrando la vida. Los almuerzos y cenas de Navidad han comenzado y la restauración local tiene que atender en un par de semanas los comensales de meses. No reparamos nunca en el gran esfuerzo que nuestros profesionales hacen para dar un servicio digno. Por lo general en Cáceres, salvo excepciones, se atiende con prontitud y solvencia. Las cañas del pasado viernes se alargaron de forma inusitada y había en los bares quienes empalmaban ya el aperitivo con la cena en una suerte de alegría prolongada desde el día a la noche. La calle Pizarro estaba como hacía mucho tiempo. Sí, como decían aquellos dos cómicos, el Pulga y El Linterna: “¡Abarrotá!”. Tanto es así que era difícil pasar de un extremo a otro. Y en medio de la calle estaba la tuna, cantando, bebiendo y entreteniendo. Tengo una especial predilección por los tunos. En este caso eran ya muy veteranos. La tuna es una manifestación cultural y artística nacida en España en el siglo XIV, y puede que incluso antes. Se sitúa su nacimiento muy cerca, en Salamanca, y algunas explicaciones a su origen la relacionan con los estudiantes que vivían de la sopa boba, de los alimentos que la iglesia ofrecía a aquellos que no podían mantenerse por sí mismos. Eran los llamados ‘sopistas’ que, a cambio de sus habilidades musicales o artísticas, recaudaban limosnas para vivir. Viajeros e itinerantes, los tunos se fueron extendiendo por Europa, aunque especialmente por Latinoamérica. Tocan instrumentos tradicionales de púa y panderetas. Verlos con sus becas, en la noche, entonando esas elaboradas canciones es una auténtica bendición para los sentidos. Me gusta especialmente cuando la tuna recibe a la Virgen de la Montaña a su llegada a la ciudad en una explosión de júbilo musical que me pone la carne de gallina. Cáceres, en estas fechas es toda una referencia vital, con una hostelería capaz de soportar una presión espectacular. La ciudad monumental se agiganta y se vivifica. Y si es con la tuna, pues mucho mejor. Esta semana va a ser espectacular y se promete un lleno total. Hagan sus reservas y disfruten de un espacio donde la historia y la alegría conforman un binomio sorprendente.