“Monsieur, Depardieu!, Monsieur, Depardieu!”, gritaba la multitud de periodistas agolpados frente a la sala 13 del Tribunal de París. Era la imagen más esperada, y un momento crucial para el movimiento #MeToo del cine francés. El actor Gérard Depardieu, acusado de dos agresiones sexuales, llegaba este lunes a los juzgados vestido de negro, con la cabeza alta y decidido a enfrentarse por primera vez a la justicia francesa. Detrás de estas denuncias hay dos mujeres, compañeras del actor: la escenógrafa Amélie K., de 54 años, y una asistente de dirección de 34 años, de la que no ha trascendido su nombre. Aunque no son las únicas. Tras años de acusaciones y meses de alargar este proceso judicial, varios medios franceses han recopilado una decena de testimonios que corroboran los abusos sexuales que el actor cometía dentro y fuera del set de rodaje durante años, aprovechándose de su poder en la industria cinematográfica. Por ambas agresiones, la fiscalía pide una pena de cinco años de prisión y una multa de 75.000 euros. “Es la primera vez que un monumento del cine va a ser juzgado. Es muy importante. Es muy importante que la justicia tome medidas contra las violencia sexuales y de poder contra las mujeres que se han vivido durante 50 años. Años de impunidad total”, afirmó la actriz Anouk Grinberg presente en este primer día de juicio. Grinberg actuó en la película ‘Les volets verts’, y presenció durante el rodaje los supuestos abusos por los que se acusa a Depardieu. La actriz lleva años denunciando el silencio en el sector y lucha para acabar con "los hombres poderosos e impunes en el cine": “Sabemos muy bien desde hace muchos años que ha agredido a muchas mujeres. Está bien que la justicia condene esto. Es insoportable la impunidad. Es insoportable ver que esto no se para”, explica Grinberg. Mientras el interior del Tribunal se blindaba con importantes medidas de seguridad, en el exterior, un grupo de feministas se ha manifestado frente a los juzgados, al grito de “Violencia machista, justicia cómplice”, “Creemos a las víctimas, vemos a los violadores”, coreaban. "Estamos aquí para apoyar a las dos personas que denunciaron y se atrevieron a presentar una denuncia contra Gérard Depardieu. Es muy importante demostrar que nadie es intocable", declaró a Louise-Anne Baudrier, de la Fundación de las Mujeres, e insistió en la necesidad de crear protocolos de protección para las víctimas: "Es muy importante que también haya una garantía para las personas que se atrevan a presentar una denuncia, de que puedan conservar su empleo". El abogado de Gérard Depardieu, Jérémie Assous, es el primer en acercarse a la barra para iniciar su defensa. Durante la primera hora de juicio criticó duramente la rapidez con la que se llevaron a cabo las investigaciones, asegurando que "los principios más básicos fueron pisoteados por el policía a cargo del caso y por el Ministerio Público". Además, insistió en que muchos de los trabajadores presentes en el rodaje no vieron nada: "Diecinueve personas presentes en el set dicen no haber escuchado nada, ni siquiera un incidente, nada (…). Ninguno de ellos fue escuchado en el informe oficial". Durante casi dos horas el abogado pidió anular el proceso judicial obligando al tribunal a suspender la audiencia momentáneamente para valorar la petición, pero a medida que avanzaban las horas, en la sala se empezaban a escuchaban los primeros murmullos de exasperación: "A este ritmo no aguantaremos ni dos días”. Entre el público, también el batallón de apoyo del actor; su hija, Roxane Depardieu, su ex mujer, Karine Silla, y algunos compañeros de profesión, como la actriz Fanny Ardant o Vincent Perez, que no han duda en acudir a esta primera audiencia para mostrar su apoyo al actor. Después de seis horas de audiencia, aún no se habían leído las acusaciones. "Esto es una táctica de dilatación", denunciaban las partes civiles. Todo apuntaba a una maniobra del abogado de Depardieu para ganar tiempo, y así lo criticó una de la abogada, Carine Durrieu Diebolt: “El objetivo del Sr. Assous es evitar que tengamos tiempo para abordar el fondo del caso, perder tiempo esperando a los testigos y, poco a poco, retrasar el plazo sin abordar el fondo de la cuestión". Los hechos por los que se le acusa al actor francés tuvieron lugar en 2021, en un palacete privado del distrito 16 de París, durante el rodaje de esta película de Jean Becker. Entre tomas, el actor presuntamente agredió sexualmente a una escenógrafa, Amélie, de 54 años, y a una asistente de dirección, Sarah*, de 34 años. La escenógrafa, Amélie K., aseguró en su declaración durante la investigación que fue atacada por el actor durante el rodaje de ‘Les volets verts’: "Me agarró la cintura con ambas manos. Prácticamente me rodeó. Y me toqueteó la parte delantera y trasera del cuerpo". Ambas han tenido el coraje de denunciar lo sucedido, enfrentarse a la opinión pública, y sentar en el banquillo de los acusados a un peso pesado del cine francés, pero el acoso recibido por alzar la voz durante todos estos años, ha provocado que otras víctimas prefieran mantenerse en el anonimato. Según una investigación publicada por el medio francés Mediapart, trece mujeres declararon haber sufrido violencia sexual por parte del actor. Lo hicieron de manera anónima y no quisieron presentar una denuncia por miedo a la mediatización del caso y posibles repercusiones en sus carreras como actrices, como es el caso de la actriz Charlotte Arnould. Esta joven de 22 años, presentó una denuncia en 2018 por dos violaciones ocurridas en el domicilio parisino del actor. Gérard Depardieu negó los hechos. Un año después, la investigación se cerró por considerar que los hechos no estaban suficientemente probados. El 10 de marzo de 2020, la actriz volvió a presentar una denuncia civil ante la justicia parisina, y la investigación ha sido reabierta. Otra de las víctimas del actor, es la periodista y escritora española, Ruth Baza, que acusó a Depardieu de haberla violado en 1995. El caso Depardieu es algo más que la violencia sexual de un poderoso de la industria del cine. Para las asociaciones feministas, ver entrar a Gérard Depardieu en un tribunal supone un momento clave para el #Metoo de Francia y el fin de años de silencio en el sector. Aún así, el actor sigue despertando simpatías. En diciembre de 2023, Emmanuel Macron le elogió, tildándole de un "gran actor" que "enorgullece a Francia", y habló de "una cacería humana". Un asunto nacional que generó un recurrente debate sobre separar al artista de la obra. Durante esas semanas, cerca de sesenta artistas firmaron una columna en Le Figaro para denunciar el “linchamiento injustificado” que estaba sufriendo Depardieu . Entre los firmantes se encontraba la modelo y cantante, Carla Bruni. Dos días más tarde, hubo una contundente respuesta en una “contratibuna”, donde cerca de 8.000 artistas denunciaban al actor, entre ellos, Sophie Marceau, que ya lo había llamado "depredador" en 2015.