Operación antiyihadista
Desmantelada una célula terrorista numerosa y jerarquizada en Barcelona
La célula utilizaba canales encriptados de mensajería instantánea para impartir consignas de decapitación y otro tipo de asesinatos de infieles al integrismo musulmán

Un momento de la operación antiterrorista desarrollada en Barcelona / CNP

Tenían dinero, acólitos del Islam más rigorista y objetivos; y Barcelona ha sido su cuartel general. El yihadismo disponía de una célula estructurada y numerosa que había comenzado a hacer localizaciones y estudiarlas la selección de personas contra las que dirigir acciones terroristas. Es el detalle más inquietante de la operación antiyihadista que ha trascendido este viernes, y que ha desarrollado la Policía Nacional en colaboración con los Mossos d’Esquadra y la policía italiana.
Agentes de la Comisaría General de Información de la Policía han desmontado la célula practicando el pasado lunes diez detenciones en Barcelona y localidades de su área metropolitana como Badalona, Montcada y Sant Adrià del Besòs. Todos los detenidos son de origen pakistaní. Al tiempo, la Policía italiana detuvo a otro implicado en Piacenza, en el norte del país. El detenido en Italia había pasado un tiempo residiendo en Barcelona.
En un comunicado difundido este viernes, la Policía Nacional atribuye a los detenidos delitos de enaltecimiento, apología, adoctrinamiento y financiación del terrorismo, además del mencionado de preparativos para posibles atentados.
Fuentes próximas a esta operación, que la Policía ha bautizado como Baisakhi, confirman que se trata de una organización autónoma, de la que no se ha encontrado dependencia directa de Al Qaeda o ISIS-K, o algún juramento de fidelidad que lo acredite. Están bajo investigación, no obstante, algunos envíos de dinero de esta célula al extranjero, que podrían confirmar una dependencia o relación jerárquica exterior.
Liberados
Las detenciones han sido llevadas a cabo cuando los planes de la operación estaban próximos a "una traslación al plano físico". O sea, existía un peligro de atentados. La designación de objetivos, de hecho, estaba avanzada.
No trasciende cuántos tenían, porque la investigación se encuentra abierta. Según las fuentes mencionadas, el grupo se dedicaba a peinar las redes sociales en busca de lo que consideran "blasfemias" y, a partir de ahí, intentar localizar quién en Instagram, TikTok, Telegram y otras estuviera tras un perfil que pudiera estar criticando al Islam o atacando a la figura del profeta Mahoma. Fue en lo que en su día también ocurrió en fases previas al ataque contra la revista francesa Charlie Hebdo (enero de 2015) y el asesinato del profesor galo Samuel Paty (octubre de 2020).
Un ciudadano pakistaní de 55 años, A.A., residente en Barcelona, es el líder del grupo terrorista desmantelado. Estaba liberado: no tenía otra ocupación que la dirigir la célula, y vivía de los ingresos del grupo. Los demás respetan su autoridad no solo por ser el mayor del grupo, también por carisma y por sus vínculos internacionales.
Entre los grupos de prosélitos que recibían las consignas de esta célula, había un colectivo de mujeres encargado de la labor de selección de objetivos. El grupo tenía una líder, mujer a la que los investigadores consideran una "dinamizadora" del terrorismo islámico: tenía "un rol relevante" y también estaba liberada. En todos los casos, las personas a las que seguían la pista en redes sociales cometían blasfemia, en su opinión, o las consideraban directamente apóstatas. La Policía sigue la investigación sobre un número creciente de objetivos del grupo que tenían a medio identificar, con una importante porción de musulmanes.
Recaudar y decapitar
La mayor parte de los detenidos se dedicaba al comercio y a tareas de reparto de mercancías. Uno de ellos ha regentado un locutorio desde el que se han llevado a cabo diversos envíos de dinero. Varias decenas de miles de euros estaban en poder de los yihadistas capturados.
Los detenidos forman, según la Policía, “un grupo perfectamente jerarquizado y estructurado”. El grupo tiene organización, jefe y reparto de tareas. Algunos de los capturados, que han sido puestos a disposición del juzgado central 6 de la Audiencia Nacional, se encargaban de recaudar dinero entre acólitos, en su mayoría pakistanís.
La célula ha estado canales encriptados de mensajería instantánea para impartir consignas de decapitación y otro tipo de asesinatos de infieles al integrismo musulmán. En sus comentarios, los últimos atentados terroristas en Europa han merecido alguna atención, si bien marginal.
En esos mismos canales, los reclutadores difundían loas a “muyahidines” autores de atentados contra personas y para castigar “la blasfemia” de Europa y Pakistán. La red también se estaba financiando con aportaciones de dinero que periódicamente iban haciendo los miembros de la organización.
Estas detenciones se enmarcan en una operación más amplia, la misma por la que, en diciembre de 2023, Interior expulsó a 14 pakistanís por su militancia islamista radical con riesgo para la seguridad nacional. En 2022 ya habían sido detenidos otros cinco hombres que están relacionados con los dos posteriores golpes policiales.
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