El Orihuela da la puntilla a un insuficiente Villanovense

Al Villanovense ya no le queda nada a lo que agarrarse. Ni siquiera a las ínfimas opciones matemáticas a las que se agarraba hasta este domingo antes de recibir la visita de un Orihuela que tampoco necesitó mucho (la misma película de cada dos domingos) para llevarse el triunfo sobre el Municipal Villanovense. Esta vez, además, sobre la bocina con un gol de Gonzalo Serrano en el tiempo de descuento y después de que Ruymán adelantara a los suyos en el primer tiempo del encuentro. 

A los serones solo les falta saber hora y día para darles sepultura, porque el final, quizás anunciado desde hace semanas, cada vez está más cerca y la próxima semana puede certificarse definitivamente. Ni siquiera el propio Cifuentes habla ya de seguir remando hasta que no haya opciones. Dentro saben bien que el destino está escrito y que en su caso lleva el nombre de descenso a Tercera Federación. 

El caso es que ante el Orihuela el Villanovense no cuajó un mal partido, pero tampoco mereció mucho más que su rival. Eso tampoco habla bien de un equipo necesitado de victoria que quizás debió entrar mejor al terreno de juego, sobre todo porque fueron los alicantinos los que gozaron de las primeras aproximaciones del partido. El Orihuela salió mandando, aprovechando la pasividad de un Villanovense incapaz de cruzar la línea de medio campo en los primeros compases. Tres córners seguidos avisaban de que la noche iba a ser larga. Sin embargo, a partir del cuarto de hora, el equipo serón logró equilibrar el choque y ganar metros. Y en el minuto 26, una de las pocas alegrías de la jornada matinal: Viti, otra vez de los más activos, provocó un penalti claro que Ruymán transformó con seguridad. Por un momento, la afición se permitió soñar.

Pero la alegría no viene durando mucho sobre Villanueva de la Serena. Esta vez tampoco. A los pocos minutos un penalti tonto de Sergi Brunet sobre un rival metió de nuevo a los alicantinos en el partido. Eso sí, el encuentro estuvo varios minutos parado por una lesión de Pedro Torres. Pitu, desde los once metros, no falló tiempo después e hizo el empate. 

Aún así el gol del empate no tumbó a un Villanovense que se mantuvo firme en el resto de la primera mitad y que intentó generar peligro sobre la portería de Arias, aunque le faltó mordiente en los metros finales. 

La pesadilla, al final

Y cero en la segunda mitad todo acabó por torcerse. De entrada, el Villanovense entró dormido y el Orihuela casi lo aprovecha para remontar el encuentro nada más volver de vestuarios con una triple ocasión que afortunadamente no acabó en gol gracias, en gran medida, al buen hacer de Olmedo. El portero, nada más comenzar, salvó a su equipo con una gran intervención en un mano a mano con Gonzalo Serrano. 

El Villanovense reaccionó a partir de ahí y buscó acercarse a la portería rival, aunque con más corazón que cabeza. Abreu lo intentó en una buena situación sin acierto sobre la portería y luego Adi no acertó en un balón muerto dentro del área. Esa fue la ocasión más clara hasta entonces para los de Cifuentes, que movió ficha para buscar que los suyos fueran hacia adelante, aunque los cambios no dieron el resultado esperado. 

Y  cuando parecía que el partido estaba condenado a acabar en empate apareció Gonzalo Serrano para rematar al fondo de la portería un servicio de Franco para fulminar a un Villanovense que ya estaba herido de muerte y que este domingo recibió la puntilla. 

Los de Cifuentes visitan el próximo domingo al Águilas murciano, donde se puede certificar el descenso matemático del conjunto serón tras cinco temporadas.