Barcelona - Girona (4-1)

Lewandowski llega donde nadie

El ariete polaco marca dos goles (25 en la Liga ya), tumba al equipo de Míchel, decepcionante, y mantiene firme al Barça en el liderato

Francisco Cabezas

Francisco Cabezas

Barcelona

De Robert Lewandowski uno puede esperar cualquier cosa cuando está dentro del área. Es uno de aquellos delanteros que serían capaces de rematar un contenedor de basura para meterlo dentro de una portería. Cuando se retorció en el aire para sacar la pierna izquierda y convertir un globo de Fermín en la mejor asistencia del mundo en el 2-1, preámbulo de su sentencia al Girona con un derechazo, toda tentación por discutir su intervención en el juego durante una hora dejó de tener sentido. Lewandowski, con sus 25 goles en la Liga a sus 36 años, llega donde nadie cuando huele la sangre. Y el Barça lo necesita más que nunca para convertir el arte en algo palpable.

El Barça, con esa presión avanzada y ese dominio del escenario que, primero desconcierta, y después frustra a sus rivales, deconstruyó a un Girona que, más allá del rato de inquietud generado con el momentáneo empate de Danjuma, nada tiene que ver con aquel equipo de autor de Míchel que el curso pasado se llevó a los azulgrana dos veces por delante (2-4 y 4-2). Bastante tuvo con que Gazzaniga, antes del episodio del 2-1 con el remate de Lewandowski colándose entre sus piernas, sacara manoplas y pies por todos lados y evitara que le azotara aún con más saña el equipo de Flick. Los azulgrana mantienen así todavía a raya a un Madrid que va con el gancho y a tres puntos, y a un Atlético que, alejado a nueve del liderato, ya ha dimitido de la Liga cuando aún restan nueve jornadas.

Resumen, goles y highlights del FC Barcelona 4-1 Girona de la jornada 29 de LaLiga EA Sports

Uno de los grandes peligros de del fútbol es convencer a la gente de que los deportistas necesitan réplicas o herederos. Allá por 2018, un chico brasileño llamado Arthur Melo jugó en Wembley vistiendo la camiseta del Barça de Valverde. Aquella noche frente al Tottenham lo hizo de fábula. Quisimos que fuera Xavi Hernández. Acabaron metiéndolo en un intercambio con la Juventus por Pjanic en una de aquellas operaciones contables con las que Bartomeu se creía el rey de Harvard. Este domingo, Arthur, aún con mucha vida por delante –28 años tiene–, se encontró jugando con el Girona en Montjuïc y trotando sin balón ni rumbo y persiguiendo con la mirada a Pedri, otra vez deslumbrante. Las expectativas pocas veces concuerdan con la vida de verdad.

Flick, que el miércoles se juega el acceso a la final de Copa en el Metropolitano ante el Atlético a una hora de ultratumba (a partir de las 21.30 h.), dosificó como pudo. Koundé no se movió de su sitio. Pero Raphinha, que volvió de Brasil extenuado, se quedó en el banquillo junto a De Jong, Cubarsí, y Balde. Ello hizo que Araujo recuperara la titularidad y la capitanía en el centro de la zaga junto a Iñigo, que Gerard Martín recorriera con tino el carril izquierdo, que Eric García entendiera que, sin Casadó, él será una opción prioritaria para el mediocentro –estuvo otra vez impecable e incluso remató al palo–, y que Fermín quedara por detrás de un ataque con Gavi, Lewandowski y, sobre todo, con Lamine Yamal, que sólo sabe descansar pintando lienzos.

Lamine Yamal, durante el partido contra el Girona en Montjuïc.

Lamine Yamal, durante el partido contra el Girona en Montjuïc. / EFE

Fue el chaval de Rocafonda quien dijo basta cuando el Girona rezaba por llegar indemne al descanso. Botó una falta lateral y, con Eric García tratando de buscar el gol con la chepa, la pelota acabó rebotando en la mano de Krejci antes de llegar a la red. Gazzaniga miró al cielo. Ya venía de cuatro paradas –una increíble a testarazo de Araujo– y de suspirar tras ver cómo el árbitro negaba un posible penalti de Yangel Herrera cometido a Fermín sobre la línea del área. El colegiado negó la falta.

El Girona pensó que aún podría dar esquinazo a su destino cuando un pase poco tenso de Araujo en la salida permitió a Blind ganarle el duelo a Lewandowski. No corrigió el uruguayo, y Danjuma atrapó el 1-1 en el primer tiro a puerta del Girona en el partido.

Pero Lewandowski ofreció el remedio, Ferran Torres prolongó su buenaventura y Lamine Yamal aún pudo lamentar que una rosca celestial que acabó con el balón en el larguero cerrara la tarde de un Barça que no encuentra rival en su imponente carrera hacia los títulos.

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