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El 'euroderbi' que sepultó a Simeone: la Copa ante el Barça es la penúltima bala del Atlético

La eliminatoria contra el Real Madrid ha condicionado la temporada de un equipo que corre el riesgo de quedarse sin títulos pese a una inversión de 185 millones en el mercado de verano

Diego Pablo Simeone.

Diego Pablo Simeone. / EP

Madrid

El Real Madrid era, a priori, el equipo que más podía perder en la eliminatoria de Champions frente al Atlético. Su rival más acérrimo tenía la oportunidad de cambiar el relato de la máxima competición europea apeándole en la primera temporada de Mbappé en el Bernabéu. Sin embargo, las últimas semanas han demostrado que los de Simeone tenían mucho por perder. Sobre todo, si el desenlace del cruce se producía de un modo tan dramático y polémico como sucedió con el penalti de doble toque de Julián Álvarez.

Getafe, el principio de un final que asomó en Cornellà

El papel de los argentinos, héroes hace unos días contra Brasil y secundarios en Cornellà por el descanso obligado, diagnostica el estado delicado en el que se encuentra el Atlético a las puertas de la semifinal de la vuelta (4-4 en una ida demencial) de Copa (miércoles, 21.30) ante el Barça, uno de los dos títulos que le quedan esta temporada. Tras claudicar ante el Espanyol, la otra vía para levantar un trofeo que permita sostener el proyecto es el Mundial de Clubes. Mucho más larga y en un momento de la temporada donde las fuerzas serán escasas.

Espanyol y Atlético jugaron este sábado en Cornellà

Espanyol y Atlético jugaron este sábado en Cornellà / Valentí Enrich

El 'euroderbi' empezó a jugarse meses antes de que se produjese. Incluso cuando ni ambos equipos sabían que se iban a enfrentar en octavos de Champions. Ese “los episodios del partido del Real Madrid - Celta llevan pasando cien años, no sé qué les sorprende" marcó el comienzo de unas hostilidades que sublimaron en una eliminatoria en la que el Atlético fue superior, pero que terminó con el mismo resultado de siempre en los enfrentamientos históricos. Entre los dos partidos, el Atlético puso el primer clavo de su sepultura en Liga, con un 2-1 ante el Getafe en el Coliseum.

Antes de caer en Champions, siempre se había levantado ante los titubeos. No hace falta irse tan atrás en el tiempo. El 15 de febrero jugó todo un partido con 10 por la expulsión de Pablo Barrios y casi salva una victoria. Aunque el cambio de tendencia para los de Simeone ocurrió con el 1-0 frente al Leganés que puso fin a una racha histórica de 15 triunfos consecutivos. El Atlético había tomado aire hasta llenar un pecho que explotó ante un rival que, pese a estar en descenso, ha competido ante el triunvirato de LaLiga. En los dos derbis madrileños, con controversia.

Simeone, un intocable con la obligación de títulos

"Tenemos que separarnos de aquella situación. Pudimos hacer una buena Champions, competimos bien y ganamos el partido. La UEFA lo decidió, pero ganamos nuestro partido y quedamos eliminados. No fue un golpe, porque quedó muy claro lo que pasó. Contra el FC Barcelona, quedamos expuestos a un rival muy bueno, que nos hizo cuatro goles en poco tiempo. Y hoy, es un partido plano, era un empate si no pasaba nada en las áreas. Lo hicimos nosotros, empataron de penalti y ahí estamos", se justificó Simeone, consciente de que su escudo se ha calcinado.

Disputa de balón en el Atlético-Barcelona.

Disputa de balón en el Atlético-Barcelona. / EFE

A seis puntos de los azulgranas -con un partido menos- y del Real Madrid, LaLiga solo podría decidirse a su favor con un decalabro del duopolio. La Champions determinará el desgaste, como también el definitivo asalto por la final de la Copa del Rey. Desde el primero han pasado demasiados episodios. El más importante para anticiparse a lo que sucederá en el Metropolitano es el 2-4 de Liga contra los de Flick.

Un encuentro que los rojiblancos lideraron con dos goles de ventaja hasta que sus energías se fueron por el desague. Por eso, el "tenemos un partido muy bonito el miércoles" no basta, de no sacar adelante las semifinales de Copa, la temporada del Atlético habrá estado lejos de lo que el mercado, con figuras como Julián Álvarez, prometía. Simeone es el entrenador, junto a Guardiola, intocable en Europa. Pero el "partido a partido" se vuelve ahora una exigencia absoluta para justificar un gasto que, sin títulos, no se sostendrá con un simple aumento de la competitividad.

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