Un accidente durante la vuelta 34 del Gran Premio de Australia, en el circuito de Albert Park, ha arruinado la carrera de Fernando Alonso, cuando el asturiano perseguía al Alpine de Pierre Gasly en lucha por la novena posición y se ha estrellado contra el muro. En un gran premio marcado por la climatología y que se ha desarrollado en condiciones mixtas, hasta un total de seis pilotos han tenido que abandonar por accidente, aunque Alonso ha destacado que su caso ha sido distinto y no se ha debido al asfalto deslizante en Melbourne, sino a un problema de la configuración de la sexta curva, que los pilotos apuran, arrastrando grava a ese punto. “Es un circuito semiurbano y las líneas blancas siempre resbalan en mojado. Pero mi accidente fue diferente porque no pisé una línea blanca y la trazada estaba seca, de hecho todos cambiaron a neumáticos de seco justo después de mi accidente. Había mucha grava en la pista y creo que ese ha sido el motivo”, ha explicado Fernando. "No pasé por la grava en si, pasé por el mismo sitio de siempre... pero me encontré con una montaña de gravilla justo donde puse el volante y el coche se fue", ha resumido el de Aston Martin. “De todas formas, ya sea un error o no, el incidente le sale muy caro al equipo, es muy costoso, por desgracia”, ha lamentado. "Son de esas carreras que no disfrutas mucho al volante porque las líneas blancas son hielo y la visibilidad es poca, pero bueno, es lo mismo para todos", ha añadido. Toca pasar página, porque el próximo fin de semana la F1 desembarca en China : "Me encanta, es un circuito donde siempre nos ha ido bien, y no estará la grava de la curva 6, que creo que ha sido un poco como un fantasma que ha aparecido en cada vuelta que pasábamos por allí, y me ha vuelto a jugar una mala pasada en la carrera", ha insistido.