El patio del IES Norba Caesarina se inundó ayer de viejos recuerdos y de alegrías. Noventa antiguos alumnos se reencontraron este sábado en el mismo espacio donde se relacionaban y tenían confidencias durante sus años de instituto, convertido de nuevo en un lugar de abrazos y de sorpresas al toparse con antiguas amistades. Han pasado 50 años desde la última vez que muchos de ellos se veían, ahora ha tocado ponerse al día con sus vidas. Además, para la ocasión han hecho camisetas conmemorativas y chapas donde venía inscrito el nombre de cada persona, para ayudar a aquellos que no recordaban a sus antiguos compañeros. Uno de los impulsores de esta iniciativa ha sido Álvaro Herraiz, quien, junto con unos amigos, decidió que había que organizar una quedada y que debía hacerse con las promociones del 74, 75 y 76, porque «había repetidores y también muchos amigos que estaban en diferentes cursos. Como era todo abierto, dijimos que cuantos más, mejor», explicó. La fiesta comenzó a organizare después del verano, en septiembre, y se ha celebrado finalmente estos días. Herraiz asegura que el reencuentro ha sido muy emocionante "porque algunos no nos vemos desde hace mucho tiempo y fíjate que Cáceres es pequeña, pero no nos hemos visto por la calle". Con el fin de contactar entre todos ellos, ya que han estado «muy dispersos», tiraron de contactos unos con otros y al final consiguieron reunir en un grupo a 120 personas. «La idea que planteamos era fijar el día y el sitio, y luego ya cada uno aportaría la gente que conociera, muchos se fueron a vivir fuera». En este sentido, Álvaro Herraiz resaltó que hay compañeros que han venido a esta quedada desde Madrid, Murcia o las Islas Canarias, e incluso que han estado en Valencia de voluntarios. Uno de los que se ha trasladado desde fuera de la región solo por el reencuentro ha sido Rubén, cacereño que reside en las Islas Canarias. Al principio se sentía reacio a la hora de desplazarse, ya que conocía a pocas personas y estaba cansado del viaje (en ese momento llegaba de prestar su ayuda en Valencia). Sin embargo, asegura que acabó haciéndolo porque el ambiente iba a estar «muy animado», y eso le convenció a dar el paso. Otro exalumno que también ha asistido a este reencuentro ha sido Emilio José Pérez de las Vacas Galán, quien además ejerce como profesor en este centro. «A la mitad ya ni les reconozco, han pasado muchos años, pero todo ha estado muy bien. Además, doy clases a alguno de sus hijos ahora. Las sensaciones en el reencuentro han sido de verdad muy buenas».